El 1° de Mayo, Día Internacional de lxs Trabajadorxs, se conmemora a “los mártires de Chicago” y la lucha por la reducción de la jornada de trabajo a 8 horas («ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso») entre otras reivindicaciones del movimiento obrero.
Muchas palabras asociamos a “Trabajo”: obligación, carga, sufrimiento, ‘un mal necesario’, tedio, monotonía, rutina, y posiblemente muchas otras similares de tinte negativo… Es evidente que, quienes así conciben al ‘trabajo’, ni por asomo lo asocian a la salud y la realización personal.
Para otras personas (seguramente muchas menos que las del grupo anterior), el trabajo es sinónimo de satisfacción, placer, desarrollo de capacidades, dador de sentido, sostén identitario, fuente de auto-realización personal, forjador de autoestima o reconocimiento, etc.
Otras, lo asocian a un 'Derecho', a 'empleo', algo negado, algo a conseguir, a sustento, a la supervivencia, etc.
El Trabajo se vincula con el esfuerzo (físico y mental) y la participación en un proceso de producción (de bienes, servicios, etc.), y en ese proceso simultáneamente también se transforman las personas que lo llevan adelante.
Las condiciones laborales son un factor privilegiado para la estructuración o desestructuración del psiquismo; numerosos autores/as escribieron sobre las modificaciones de esas condiciones durante los distintos períodos entre el S. XX y el XXI (como por ej. Z. Bauman, en su famoso libro “Modernidad Líquida”, en contraste con la modernidad “sólida”): los cambios tecnológicos y las políticas de flexibilización y precarización fueron debilitando numerosas conquistas de las y los trabajadores, modificando la esfera social, económica y psicológica.
Un entorno laboral donde hay participación (integración), reconocimiento, compromiso, aceptación, valoración, etc., es per sé un ámbito salubre, terapéutico; y donde exista lo opuesto, será un ámbito insalubre, enfermante. Lo cierto es que la reducción de la jornada laboral a 8 horas, hizo más por la salud mental de la población que todos los fármacos inventados hasta hoy.
Hay que tener en cuenta que los padecimientos y violencias que se viven de modo particular, son producto de todo un sistema social violento, y si bien debemos buscar soluciones particulares, es importante no perder de vista que debe también combatirse el “monstruo mayor” de modo colectivo, pese a las diferencias que podamos tener…
Involucrarse e implicarse en causas a favor de lo Justo y lo Saludable, nos convertirá en “activistas” y en “compañerxs”, porque estaremos comprometidxs en cambiar la realidad que le dejaremos a las nuevas y futuras generaciones, y es importante dar el ejemplo, enseñarles que no debemos callarnos ni permanecer de brazos cruzados ante las injusticias (nos toquen o no directamente).
Ante las trabas institucionales e instituidas, la lucha colectiva por los Derechos siempre tiene mucho más peso que la queja individual. Porque “lo personal es político”, y ‘político’ –no olvidemos– no tiene que ver con partidos ni con facciones, sino con relaciones de poder. Además de juntarnos, aliarnos y organizarnos (para poder sentirnos –y Ser más– libres), debemos reforzar nuestros vínculos, calibrar nuestra comunicación, porque quienes quieren destruir primero comienzan por dividir, por fraccionar, para poder debilitar.
Enrique Pichon Riviere concebía la Salud como una “adaptación activa”, como una capacidad para transformar la realidad transformándose a la vez unx mismx. Se trata de un interjuego dialéctico con el entorno y no una relación rígida, pasiva o estereotipada. “Adaptación” no significa aceptación indiscriminada de normas y valores, al contrario, implica una lectura crítica de las limitaciones que surgen con el medio social, para poder transformarlo grupal y colectivamente.
Todo el afuera tiene un correlato interno, y cambiar lo uno sin lo otro puede redundar en no cambiar nada. Por ello es que todo esfuerzo de mejora o cambio personal, debería estar en sintonía con la transformación colectiva de la sociedad. Y es eso de lo que, al menos para mí, se trata el 1° de Mayo…
