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  • Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

Ansiedad y Pánico

Actualizado: 10 mar 2021



Todo trastorno o enfermedad, no sólo tiene alguna relación con quien la sufre, sino que es también un producto de cierta época, expresión de cierto tipo de malestar social y cultural.

Los llamados “ataques de pánico”, así como todos los “trastornos de ansiedad”, son muy propios de estos tiempos posmodernos: tiempos de aceleración, de velocidad, de ‘no poder’ parar, de prisas y presiones, de sobrecarga de tareas y responsabilidades (al mismo tiempo).


La definición más genérica de ANSIEDAD, es:

La Ansiedad es un estado de activación del sistema nervioso, que puede ser causada por estímulos “externos” o situaciones endógenas.

Las manifestaciones pueden agruparse en 3 Tipos:

Corporales, Psicológicas, y Conductuales.


a) CORPORALES:

  • Respiratorios (ahogo, asma),

  • Digestivos (nudo en el estómago o en la garganta, nauseas, vómitos, estreñimiento, diarrea, colon irritable, etc.),

  • Neuromusculares (cefaleas, temblores, hormigueos, tensión muscular… contracturas cervicales, bruxismo),

  • Neurovegetativos (escalofrío, sudoración, mareo, sequedad en la boca… desmayo),

  • Cardiovasculares (taquicardia, dolores, agitación),

  • Vegetativos/Sexuales (disfunciones sexuales… vaginismo, falta de erección, eyaculación precoz).


Estas manifestaciones ‘corporales’ (no todas pero sí algunas) están muy presentes en cualquier variedad de los trastornos de ansiedad. Muchas veces se llega al diagnóstico por algunos síntomas. Los síntomas generalmente se repiten; tenemos zonas del cuerpo más sensibilizadas.


b) PSICOLÓGICAS (cognitivas o emocionales):

Tienen que ver con el mundo de lo imaginario (fantasías catastróficas, pensamientos o creencias que realimentan las manifestaciones corporales: autodiagnósticos fatalistas como por ej., ideas de infartos, de muerte, miedo a perder el control del cuerpo, etc.).

Si la ansiedad pasa cierto límite, va a generar una pérdida o dificultad en la concentración… Por Ejemplo: "estudié y sabía, pero en el examen me quedé ‘en blanco’, no recordaba nada".



Hay 3 Síntomas más agudos, no tan frecuentes (en especial los 2 primeros):

  • Desrealización: pérdida de sensaciones corporales y referencias espaciales… no reconocer lugares ya conocidos… Sensación de estar desconectado del mundo, de que el entorno es irreal.

  • Despersonalización: sensación de pérdida de la identidad, del quién soy. Percepción distorsionada del propio cuerpo y de la propia identidad como unidad coherente (como estar fuera de sí mismo).

  • Agorafobia: miedo a los espacios abiertos, públicos, a las multitudes.


c) CONDUCTUALES:

Dificultad para estar quieto, actos repetitivos, tics, huir, evitación, salir corriendo.

Hay síntomas ‘intermedios’, entre lo Cognitivo y lo Comportamental, como el Insomnio: No es que la persona no pueda dormir, sino que no puede soltar la atención o la concentración en el entorno (el control), no puede entregarse a la experiencia del dormir… La interrumpe.



La Ansiedad no es, en sí misma, algo “malo” ni ‘negativo’: toda persona viva tiene o puede pasar por estados de ansiedad… La ansiedad se activa ante situaciones de ‘alarma’, es una Señal que nuestro organismo nos envía para ‘activarnos’ y predisponernos ante una situación de peligro.

La Ansiedad aparece como resultado de la “interrupción” o “bloqueo” de una excitación (o “energía”) que no puede encontrar una forma pertinente de expresarse…



Relación entre Relajación y Ansiedad:

Por lo general, en ciertas terapias, se le pone mucho énfasis (o se sobrevalora) la Relajación, como un método para combatir la ansiedad… como si esta fuera algo malo o negativo... Esto genera muchas veces la “hipersensibilidad a la ansiedad”: una extrema sensibilidad a experimentar cualquier situación de ansiedad. Cualquier situación que nos saque de la homeostasis, cualquier cosa sentida en el cuerpo pasará a ser percibida peligrosa. Esto no es bueno ni saludable.


Pero la Ansiedad es una Señal, no hay que anestesiarla!

Es preferible (según el caso) trabajar en aumentar la ‘tolerancia’ a la ansiedad: poder transitar y sostener –resistir– lo que sentimos corporalmente (sin llegar a extremos, claro). No se trata de meternos en la cápsula del “ohm” mientras se nos cae el techo en la cabeza.

Sólo cuando ‘sentimos’, tenemos la posibilidad de un Ajuste Creativo. Irse del aquí y ahora de la situación, impide el ajuste creativo.



Para ponerlo en un ejemplo gráfico: todo automóvil emite una señal en su tablero cuando la nafta está por agotarse (generalmente, mediante una luz que se enciende). ¿Qué sentido tendría quitar la luz, o taparla?

Lo mismo sucede con los automóviles de los últimos años, que emiten un sonido cuando quien conduce no se puso el cinturón de seguridad, o cuando una puerta está mal cerrada. ¿De qué serviría hacer “oídos sordos” ante esa señal?


Lo mismo sucede con la Ansiedad: nuestro cuerpo, nuestro organismo, con su gran sabiduría, trata de advertirnos de que algo no está bien, de que hay algo a lo que debemos poner atención.

El problema con nuestro cuerpo, es que no lo conocemos, y no entendemos lo que nos dice porque habla en su propio idioma… Muchas veces nos da avisos y señales, pero cuando las desoímos o desatendemos, nos “grita” (a través de algún dolor o alguna señal más evidente que no podamos ignorar). Y de nuevo, tratamos de silenciar ese dolor, esa incomodidad, pero no nos fijamos en el ‘problema’ o ‘dificultad’ de la que trata de advertirnos.


En resumen, La ansiedad es un bloqueo… Cuando la excitación (o ‘el flujo de energía’) se bloquea con alguna forma de interrupción, surge la ansiedad para que la excitación no aparezca.

Con la Terapia, más que a ‘calmar’ la Ansiedad, apuntamos a poder ‘transitarla’.

Es fundamental el fortalecimiento y la percepción de los propios recursos para enfrentar las demandas del entorno, mediante un Ajuste (en el aquí y ahora) Creativo (con lo que tengo a disposición, para producir lo que no hay, lo que no está).


“Las emociones [y/o sensaciones]

no son una carga para ser vaciada,

son el verdadero motor de la vida”. (F. Perls)




“Ataques de Pánico”:

Uno de los trastornos de ansiedad más llamativos.


El ATAQUE de PÁNICO (AdP) es el trastorno de ansiedad que más síntomas físicos conlleva. A diferencia de otros, es absolutamente disruptivo en la vida de la persona que lo padece; afecta tanto que obstaculiza su vida. Implica una pérdida grave de la autonomía de la persona.


El AdP muestra algo disruptivo que ocurrió en la vida de la persona, y que no siempre es consciente.

El AdP genera un “Miedo a Vivir”. La persona vive en zozobra. Siempre con el temor de que le vuelva a ocurrir…

En el AdP, lo que desaparece es la experiencia de sentirme apoyado por mi cuerpo. Se pone en duda el sostenimiento corporal, que es la experiencia fundamental de ser sostenido.

En el AdP, la estabilidad corporal de ser sostenido por mi cuerpo, falla de una manera drástica.



Al decir ‘pánico’, muchas personas pensarán en “un enorme miedo”… Pero en el AdP, a diferencia del ‘miedo’, no hay “objeto atemorizante”, sino una ruptura de la estructura corporal que nos sostiene


En la sensación de pánico, el cuerpo deja de ser reconocido como apoyo.

Imaginémonos estar parados sobre una cornisa de 15 cm a una gran altura… La situación nos hace temblar las piernas, el pánico se apodera del cuerpo, se suda en abundancia, crece la sensación de calor y de ahogo, no se puede pensar claramente… la sensación de muerte es inminente… En una situación así, no podemos agarrarnos de nada, la sensación es que se cae todo… El suelo desaparece, y caemos.



Puedo tener miedo a la economía o al COVID, pero esto es distinto. El AdP no da posibilidad de prevenirlo o de evitarlo (como en la fobia), es disruptivo. Es una vivencia de súper-Vulnerabilidad… Le temo a mi propio cuerpo, a mi capacidad de sostenimiento.

El AdP se concibe como “caída”… como las filmaciones de derrumbes de edificios. ESA es la vivencia del AdP, que dura pocos minutos. La persona que lo padece, no sabe por qué le sucede, viene con la incógnita: desorientada, y sin brújula.

El AdP deja muchas preguntas y ninguna respuesta.

Lo disruptivo e inesperado es lo característico del AdP, es lo que lo hace terrible: “Puede venirme en cualquier momento”.


Lo que esperamos, podemos evitarlo (TOC, Obsesión, Fobias… c/u tiene su manera de evitar el pico de ansiedad); pero el AdP no podemos evitarlo: en el AdP fallan todos esos mecanismos de defensa: la proyección, introyección, retroflexión, etc.… No hay forma de escapar del cuerpo… Lo corporal es tbn psicofísico, emocional.



El AdP tiene que ver con la ruptura debajo de nuestros pies, del ‘ground’ que me sostiene (base, piso, apoyo). Ante esa ruptura, se produce el “Hundimiento”, incluso de mi propia persona. Viene la situación de pánico, de caos total


Por Ejemplo: jóvenes de pueblitos que vienen a estudiar a la ciudad. El entorno se percibe como diferente, fuera de lo conocido, fuera del dominio, fuera de control: “Peligroso”. Se hunde el mundo existente de la persona. Se siente desprotegida, sin apoyo. Se ve impotente, vulnerable, y si la persona no lo comunica, no lo abre, se queda con eso… El ground desaparece. No hay ayuda ni sostén del entorno.



La experiencia del AdP se vive EN el cuerpo. Quien lo sufre termina temiéndole al propio cuerpo… se viven el cuerpo y el entorno como Ajenos, extraños.

La Ansiedad cede cuando la persona incorpora más recursos, cuando tiene en qué apoyarse, o de dónde agarrarse. El primer sostén, es el propio cuerpo, y el contacto con otrxs.

Gestálticamente hablando, lo que debería ser Fondo y no-consciente, pasa a ser Figura: el cuerpo, la respiración, razonamientos, imágenes… pasan a ser figuras terribles (“me voy a morir”, taquicardia, etc.)



LA TERAPIA como Apoyo y Sostén


En el AdP, se pierden las redes de sostén y contención… Falla el ground, y la persona se siente “más solo que el Principito en la luna”. La terapia trata de reconstruir esa red, esos apoyos.

El proceso terapéutico puede sostener. Puede dar lugar a que caiga lo superfluo y la persona se reencauce. La idea es que, en ese caos, encuentre un nuevo rumbo, una orientación.

La Relación Terapéutica debe basare en el apoyo y sostén, para que la persona pueda ir sintiendo lo nuevo, lo espontáneo del contacto (en este caso, con su Terapeuta), donde esa relación implica apoyo y confianza, como ground, y la posibilidad de que con el tiempo pueda construir otros apoyos, así como aprendió en las sesiones.

La idea es que la persona vaya generando recursos propios para realizar nuevos “Ajustes Creativos”, construir redes y apoyos.



No interesa tanto saber con qué le agarra el AdP, ni porqué es ‘con eso’ o ‘ante eso’ (si cuando maneja y se le pone delante un camión). Hace falta una nueva adaptación, flexibilidad e inventiva por parte de la persona… de tomar consciencia corporal (registrar la ansiedad, sentirla, expresarla y a movilizar lo creativo).

Tratamos que recupere de a poco el cuerpo (a partir de registrar su respiración), y el contexto.

Muchxs psiquiatras recetan Rivotril… la persona siente el alivio momentáneo del ansiolítico, pero lo fundamental con la Terapia es recuperar la consciencia corporal. Entre otras cosas, mediante:


  • Las palabras pueden construir un ground, la persona puede ser sostenida con la palabra (la propia o la de su terapeuta). El AdP es la total falta de palabra, es un ataque disruptivo donde no hay palabra, ni lógica, ni explicación; donde luego de sucedido el AdP puede “rumiar” con autodiagnósticos fatalistas (infartos, ideas de muerte…). En la terapia se le ayuda a que no haga sólo esa rumiación, sino que la comunique, y pueda describir sin diagnosticarse cómo fue esa experiencia que vivió como terrorífica.

  • Recuperar la historia, la secuencia de la temporalidad de la vida del paciente, el después. El AdP tiene que ver con alguna cuestión específica de su vida. Se trata de unir el antes y el después. Colocar el AdP dentro de su biografía. Tratar de recuperar el Sentido del AdP, como algo con significado.

  • Recuperar ‘el Fondo’ (para la Gestalt, toda ‘Figura’ se forma sobre un ‘Fondo’). Implica recuperar el registro corporal, las sensaciones, el control de su cuerpo… para que la persona pueda manejar esa crisis corporalmente: Mostrarle que todo lo que puede hacer corporalmente para manejar la crisis en el momento agudo, fuera de la sesión. Recuperar la respiración, y luego, volver a contextualizarse, volver a registrar las características del contexto (del Aquí y Ahora). Si puede contextualizarse, es más fácil que pueda salir de la Despersonalización (pérdida de la identidad, del quién soy). Si tuvo más de 1 AdP, que escriba todos los fenómenos que se fueron dando, tener un registro de la ansiedad, la distracción, etc. (a posteriori del AdP). Poder encontrarle el sentido en la sesión.

Por otro lado, y al mismo tiempo, ir aceptando y asimilando esta experiencia. Si la ve como extraña, como algo que no tiene nada que ver con su vida, se hace difícil que acepte lo que le pasa, y tratará de buscar salidas ‘mágicas’ (fármacos, religión, etc.).

Aceptar que eso está “para algo”, el “para qué” de lo que le sucede, hará que aparezca la “intencionalidad, y pueda darle –o encontrarle su significado–.







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