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Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

Aprender a ‘des-cubrirnos’ en el Espejo de lxs demás



El 29 de Octubre del año pasado, hace exactamente un año, coordiné un Taller vivencial para madres y padres sobre “los espejos”, para que pudieran verse y des-cubrirse en sus hijxs (en el vínculo con ellxs), para que pudieran darse cuenta de cuánto de ellxs había en sus hijxs (tanto de lo ‘positivo’ como de lo ‘negativo’)…


Casualmente –se supone–, el próximo sábado vuelvo a coordinar un taller (titulado “Espejito espejito”) para que lxs participantes puedan re-conocerse a partir de sus vínculos, sus (re)-acciones, sus objetos, sus movimientos, sus tendencias.

En aquella, ocasión escribí algunas líneas para entregar como material anexo; hoy les comparto algunos de esos párrafos (adaptados), esperando que les sirvan o al menos puedan resonar con alguno:


Las relaciones con las demás personas, pueden ser un espejo donde mirarnos para conocernos mejor, para aprender más de nosotrxs mismxs. Estos vínculos y modos de comunicarnos pueden ser un reflejo de lo que soy o hago; también, un reflejo de cómo soy conmigo, de cómo me trato (qué cosas me digo o me hago).

De niñxs, aprendemos a vernos a través de los ojos de mamá, papá, abuelxs... La mirada de ellxs era un espejo en el que nos veíamos reflejadxs… Por ejemplo: si de pequeñxs siempre nos dijeron que éramos torpes, muy posiblemente crecimos creyendo y sintiendo que lo éramos…

O, si de modo explícito o implícito nos generaron temor, vergüenza, inseguridad, debilidad, culpa (etc.), probablemente así nos comportamos y desde ahí nos vinculamos con el mundo.


Pudieron habernos dicho muchas cosas, pudieron darnos lecciones de moral, de “lo bueno” y “lo malo”, de cómo comportarnos, etc.; pero lxs niñxs aprenden más de lo que HACEN lxs adultxs, que de lo que les DICEN…

Pudieron decirnos que éramos lo más importante de sus vidas, pero si en los hechos estaban ausentes o distantes, casi con seguridad que es ESO lo que registramos, es ESO lo que aprehendimos, es ESO lo que sentimos / creímos / repetimos (y lo que hacemos a otrxs o a nosotrxs).


Y nosotrxs, adultxs, también podemos aprender a vernos, a re-conocernos y a "des-cubrirnos" a partir del espejo de lxs demás… especialmente, en nuestrxs hijxs: porque eso mismo que les inculcamos (nos demos cuenta o no), es lo que también nosotrxs hemos ido aprehendiendo biográficamente.


Por eso es importante que lxs adultxs al cuidado de niñxs revisen –y reflexionen sobre– SUS actitudes y comportamientos, porque serán repetidos e imitados por lxs chicxs.

Si les criticamos / juzgamos / pegamos, van a aprender a hacer eso con otrxs y con sí mismxs (en diferentes ámbitos de su vida, y muy posiblemente, también, durante las distintas etapas de su vida… porque ciertos aprendizajes se rigidizan, se vuelven hábitos, se ‘activan’ de modo automático).



¿Te diste cuenta que SIEMPRE (o casi) que le diste un consejo a alguien, ese consejo te hubiera servido exactamente para vos en ese preciso momento?

Intentá hacer memoria… O prestá atención la próxima vez que te encuentres dándole un consejo o sugerencia a alguien…


¿Qué hay de mí en esa persona, en ese vínculo, en ese modo de relacionarme, que me molesta tanto?

Es muy probable que, si algo (o alguien) me irrita o me incomoda, sea porque –en parte– yo sea así, o bien yo me haga eso a mí. Por eso, generalmente las exigencias que tenemos con las demás personas, son las exigencias que tenemos hacia nosotrxs mismxs



DARNOS CUENTA (en profundidad) de cómo somos, incluso con nuestras contradicciones, es importante para no ver ni proyectar “nuestras sombras” en otrxs. En la medida en que me doy cuenta y (me) reconozco, puedo ser menos reactivo/a, y elegir cómo responder. Es muy importante –también– aprender a NO castigarnos durante el aprendizaje, a ser compasivxs con y entre nosotrxs. Ser flexibles con nosotrxs mismxs, nos permitirá también ser flexibles con lxs demás.

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