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De Límites, limitaciones y Manipulaciones

Actualizado: 7 jun 2020


La palabra Límite tiene mala prensa, pero vamos a ver que los límites son también una condición para la Salud, y un acto de afecto o amor (hacia nosotres o hacia otres): ya sea para ponerle un límite a aquello que no nos hacen bien (como la culpa, la autoexigencia, los autoreproches, las pretensiones de querer controlar todo o a otres, etc.); o poner un límite a distintas manipulaciones o formas de violencia que otres ejercen sobre nosotres*.


[*La “e” se utiliza como género neutro: decimos ‘OTRE/S’ o 'NOSOTRES' para abarcar lo femenino, lo masculino, y lo no-binario. Es un modo de “Lenguaje inclusivo”]


Si lo pensamos bien, los Límites permiten demarcar un ‘adentro’ y un ‘afuera’; un ‘yo’ y un ‘no-yo’; un ‘esto sí’ y un ‘esto no’, un ‘esto se puede’ y un ‘esto otro NO se puede’. El secreto está en el balance, en el equilibrio, en el grado (cantidad) y momento adecuado para cada una de estas polaridades.

Como sea, nos guste o no, los límites dan forma a la vida.


Los límites son las reglas del juego, o las circunstancias más allá de nuestro control que exigen Adaptación (que es 'saludable' si es una adaptación ‘activa’, ‘transformadora’, no-‘sumisa’).

A veces maldecimos los Límites, pero sin ellos la Vida es imposible: el cuerpo tiene límites, el día (el tiempo ‘calendario’) impone límites, el tener dinero -o no- impone límites… Pero ciertos condicionamientos y necesidades, nos obligan a improvisar con las herramientas y recursos que tenemos a mano, activando potencias o aptitudes que, de otra manera, no pondríamos en práctica.


LímiTErnura:

Suele creerse que los Límites son el opuesto de “la Ternura” o “la bondad” (o peor: de la “libertad”!! -Esto suele ser un tema recurrente en charlas con madres o padres).

Pero se pueden poner Límites de modo asertivo, empático, comunicándome desde el afecto, sin por eso debilitar "mi atmósfera personal”, mi “campo energético” (que es como un campo de fuerzas que, al igual que la atmósfera terrestre, nos rodea, nos recubre, y deja atravesar algunas cosas, y otras no: me rebotan, o se desintegran al pasar por ella). Este "campo de energía" permite que no me absorban ni ‘me tomen’ (me atrapen) las emociones o ‘el clima afectivo’ de otres.


Los Límites también habilitan!, nos dan algo con lo que trabajar –y contra lo cual trabajar–. En ocasiones, las limitaciones y condicionamientos de nuestro entorno nos llevan a cambiar o a mover nuestros propios límites, y una limitación en algún aspecto de la vida, puede permitirnos mayor libertad en otro u otros aspectos.

También puede suceder que, cuando ya no sepamos qué mas hacer, o cuando ya no sepamos a dónde ir o a qué / quién recurrir, hayamos comenzado el verdadero viaje:

Las flaquezas, las dificultades (etc.) pueden provocarnos y encender la magia de la creatividad, y la salida puede llegar a ser más grande que la entrada.



Por supuesto, podemos y debemos comprender que cada persona tiene sus limitaciones (sus tiempos y su proceso, que deben ser respetados), que hay cosas que a algunas personas les cuestan más que a otras…

Ahora bien, NO por eso debo dejarme manipular y acceder a –o consentir– los caprichos o demandas manipulatorias de otrxs (en todo caso, habrá que evaluar cada situación: si es un capricho, una manipulación, o hay alguna necesidad o malestar de fondo que atender). El Respeto por otre/s, no implica dejar de tener Respeto por mí, ni significa aceptar ni justificar (racional o intelectualmente) ninguna forma de chantaje, manipulación, violencia o discriminación.


No hay que olvidar que algunos Límites son saludables, son habilitadores: dan sostén, fortalecen, responsabilizan, permiten el crecimiento, el desarrollo de capacidades que hasta ese momento no se habían expresado.

Sólo cuando dudamos (y dejamos que los dichos o actos manipulatorios de otrxs –respecto de nosotrxs– nos desestabilicen), perdemos el foco y actuamos movidos por la culpa o la lástima… Se trate un hije, reprochandote “sos el/la peor m/p-adre del mundo!” ante algún límite (algún “No”, o un “No así”), o un/a amigx o pareja que se ofende si no accedemos a alguna demanda o petición... o un jefe/a, familiar, vecine, etc.


En ciertos momentos y contextos, la Firmeza (dureza o rigidez) de un Límite, es tan fundamental como el límite mismo (sea un “No”, “ahora No”, o “así No”).

Sin seguridad en mí misme, cualquier persona –de la edad que sea– me puede pasar por arriba, me puede controlar, me puede manipular o dominar; porque luego de un “No” puede llovernos el bombardeo verbal que buscará socavar nuestro autoconcepto o autoestima. Pero si tengo bien en claro y ‘delimitado’ QUIÉN y CÓMO soy (y quién no-soy), poco o nada hay que otrx/s puedan decir para correrme de mi eje.





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