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  • Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

El Veganismo y la 'Disonancia Cognitiva'



Hace muchos años que soy vegano, y hace muchos años vengo pensando cómo escribir sobre esto... Pues hace –también– muchos años que dejé de intentar convencer (e imponer) a otras personas sobre cosas que pienso o que creo (sin que eso implique dejar de opinar, debatir, o accionar por mis ideas e ideales), por eso no me dedico más a ‘convencer’, sino a plantear puntos de vista, argumentos, preguntas.



Hoy, 1° de Noviembre, es el Día Mundial del Veganismo.

Para quienes no sepan bien de qué se trata, empezaré por aclarar que el Veganismo es mucho más que una ‘Dieta’ (mucho más que el vegetarianismo estricto); no significa sólo dejar de comer, utilizar y explotar a los demás animales, sino sobre todo dejar de considerarlos como ‘recursos’ (o "cosas") al servicio de nuestros deseos e intereses.


El veganismo es esencialmente una doctrina de libertad, es la puesta en práctica del ‘SentiPensar’ antiespecista. Busca (y lucha para) liberar a los animales de la tiranía del ser humano, y liberar al ser humano de la falsa creencia de que tenemos derecho a utilizar y explotar a los demás animales para nuestro beneficio.



El veganismo es una filosofía y práctica de vida que excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia el reino animal… Abarca la alimentación, vestimenta, divertimento, utilización/utilitarismo, experimentación, etc.


Para ser más claro: alguien que vive comiendo verduras, no necesariamente es una persona “vegana”. El Veganismo se funda en el ideal la Liberación Animal y la Liberación Humana, pues no podremos ser libres (ni vivir en una sociedad justa e igualitaria) hasta no abolir toda forma de discriminación, esclavitud e injusticia.

El Veganismo, implica asumir un compromiso con la construcción de ese nuevo mundo.



Habiendo definido lo que es y no-es el veganismo, esta ocasión me parece oportuna para referirme a un concepto clave de la Psicología Social: el de “DISONANCIA COGNITIVA”, el cual podremos vincularlo con muchas situaciones o actitudes cotidianas.


La Disonancia Cognitiva:

Refiere a la desarmonía o conflicto que sentimos ante la tensión entre 2 ideas, creencias o actitudes contrapuestas… Y, para reducir esta disonancia (o para obstruirla), generamos una Nueva idea o creencia que justifique una de esas ideas o datos en conflicto... Hacemos una especie de disociación, para que los elementos contradictorios puedan coexistir ‘en el fondo’, sin que nos generen conflicto con aquellos elementos que llegan victoriosos a ‘la superficie’ de la consciencia…



Por ejemplo, no sé si recuerdan la fábula del Zorro y las uvas: cuando el zorro ve que las uvas están demasiado altas y no puede alcanzarlas, dice: “No, no están maduras; ya no las quiero”… O quizás recordarán al Chavo del 8, cuando le preguntaban si quería ‘torta de jamón’ pero no le daban, entonces decía “al cabo que ni quería”. Y habrán escuchado la famosa frase que se le atribuye al comediante Groucho Marx: “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”

Considero que estos son modos graciosos de figurarnos la Disonancia Cognitiva.



Pero también vemos reflejada la Disonancia Cognitiva cada vez que queremos ‘defender’ una idea, o postura, o institución (o lo que fuese, incluso un hábito), y pese a que nos presenten un argumento o dato que invalida lo que creemos (y queremos defender), buscamos otro argumento que no nos haga movernos ni un milímetro de nuestra posición…

Pensemos en todo aquello que sabemos que no nos hace bien, que es malo para nuestra salud, pero que aún así seguimos haciendo o consumiendo (vicios, comidas, etc. No voy a meterme en temas de creencias religiosas para no herir susceptibilidades, pero incluso aquellas que se contradicen con la realidad material y empírica, incluso con la lógica, siguen siendo férreamente defendidas).



Quienes adoptamos el Veganismo, vemos esta Disonancia Cognitiva todo el tiempo:

- aún cuando mucha gente dice ‘amar a los animales’,

- aún cuando mucha gente sabe que se puede llevar una vida perfectamente saludable con una dieta vegana (desde el nacimiento),

- aún cuando la medicina oficial acepta que la carne y los productos derivados de los lácteos están estrechamente vinculados a enfermedades de todo tipo (pues nuestro cuerpo no está preparado para asimilar la proteína animal),

- aún cuando se sabe que la industria de la explotación animal está destruyendo y envenenando los suelos, agua y aire del planeta, contribuyendo al calentamiento global (y es un elemento esencial en la ecuación de la malnutrición y el hambre mundial)…

- y aún cuando saben que se pueden preparar y comer verdaderos manjares sin utilizar productos de la explotación animal, o sustituyéndolos por otros productos 'sin utilización animal',

la gran mayoría se resiste a realizar un cambio... Y se agarran de cualquier argumento o excusa para anular la contradicción.



Lo cierto, es que cuando vamos a hacer las compras, no queremos saber (o mejor dicho: queremos NO-Saber) de dónde viene lo que comemos, cómo fue su producción… No queremos saber cómo fueron criados, tratados, alimentados (y asesinados) esos animales. Queremos evitar sentir la ‘Disonancia Cognitiva’, y la angustia que conlleva. Preferimos ignorar todo aquello, porque sabemos que hay algo muy feo y terrible detrás, algo que no toleraríamos en nuestra consciencia.

Me parece muy acertada la siguiente frase, de un vegetariano muy reconocido:

"Si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todos serían vegetarianos" (Paul McCartney)


Esto sucedió siempre, no sólo con el veganismo...

Pensemos por un momento en ciertos hitos de la historia de la humanidad…

Pasó con el Colonialismo y la conquistas de territorios en África y Sudamérica, pasó durante el nazismo, pasó en toda guerra, pasó en el apartheid y en la segregación de afrodescendientes, pasa (desde siempre y hasta hoy) en el machismo patriarcal, que inferioriza, discrimina, somete y asesina mujeres a diario (así como hace el heterosexismo con las comunidades LGBTIQ+); y pasa a diario en toda la industria de explotación y comercialización de animales...



¿Cómo es que gente inteligente, sensible, empática, se convence a sí misma de que una matanza (totalmente innecesaria e infundada), una masacre u holocausto, puede estar "bien"… o puede ser justificable/ tolerable… o puede permanecer indiferente... o participar de ello desde la indiferencia o la apatía? ¿Cómo hacen para cuestionar el holocausto del nazismo, el genocidio gitano, armenio, aborigen, pero no el holocausto animal? ¿Cómo hacen para convencerse y dormir tranquilamente?, ¿Qué se dicen a sí, o a otres?



SIEMPRE hay (o podemos encontrar –o inventar) un argumento tranquilizador y legitimador... dios, la patria, la raza, la nacionalidad, el género, la especie, la (supuesta) superioridad e inteligencia, el tener o no un "alma"... la supervivencia, la necesidad, la "justicia", el progreso, la ciencia, la tradición… etc.



Uno a uno, cada argumento fue desenmascarado como mentira, excusa o conveniencia (de algunos pocos, o de cierto "orden" social y/o económico, pretendidamente 'natural'), pero cayó por su propio peso.


El (re)conocimiento de ciertas cosas, tiene el efecto de conmocionarnos, y de generar cambios que creíamos imposibles (pensemos por ejemplo en una visita de rutina al médico, y ante un diagnóstico inesperado y potencialmente fatal, hacer todo aquello que hasta el momento no queríamos dejar de hacer: comer sano, ejercitar, dejar algunos vicios nocivos, etc.).

Bueno: algo así sucede en la PsicoTerapia. Las personas en general saben lo que les pasa, lo que les duele, y también lo que deberían hacer… pero es algo tan penoso e intolerable, que preferimos ignorarlo, olvidarlo, aislarlo de nuestra consciencia, o desensibilizarnos para que no nos afecte.

La Terapia puede ser el espacio y el apoyo necesario para fortalecernos, y afrontar aquello que queremos no-ver, no-saber… y ese ‘shock’ es la energía que nos moviliza a generar los cambios pertinentes (de idea, actitud, sensibilidad, y de conducta… sin cambios en nuestra conducta, no hay cambio).



La Disonancia Cognitiva la observan también todas las personas o grupos que luchan contra alguna forma de violencia o discriminación.

El Especismo es un tipo de discriminación basada en la especie, similar a otras, como el sexismo y el racismo. El argumento es el mismo: un grupo que se considera superior, se cree con derecho a discriminar, utilizar, explotar e incluso asesinar a individuos de otro grupo al que considera inferior. Lo mismo sucede con el Patriarcado, el ‘Patriot(er)ismo’ o el Colonialismo.



Es triste darnos cuenta que formamos parte de aquello que rechazamos… pero podemos elegir afrontar esa pena –y hacer algo positivo y constructivo con ella–, o podemos taponarla, combatirla, negarla, justificarla.


El Veganismo no es más que un modo en que se expresa la lucha por la Liberación Animal y la resistencia al Especismo… así como el (los) Feminismos son la lucha contra las violencias y explotación que genera el Patriarcado.

Cuando nos van ‘cayendo fichas’, y se genera el ‘efecto Dominó’, podemos llegar a entender la lucha interseccional contra toda opresión (y todo sistema opresivo), sea de clase, género, etnia, raza, nacionalidad, ideología, especie (etc.)… pues todas ellas están conectadas, y tienen el mismo denominador común.



Se trata de desarmar (o combatir) una Cultura que violenta, mercantilista, basada en el lucro y en el placer inmediato sin importar el costo (sufrimiento que provoca, y costo social / ambiental)… Esa cultura es en realidad un sistema, con ideas, creencias, prácticas, instituciones y representantes concretos, y responde a intereses igualmente concretos.

Se trata de construir otro tipo de sociedad, otra forma de ver y vivir la vida, en armonía con el resto de las personas, especies, y ‘la madre tierra’ (o ‘Naturaleza’).



Para ir finalizando:

Hace muchos años, formando parte de un proyecto colectivo, debíamos discutir si hacer un buffet “apto todo público”, o Vegano. Lo que propuse fue que, antes de discutir y votar, debíamos nivelar la información que teníamos sobre ciertos temas. Para ello preparé un VIDEO Informativo, sin ‘golpes bajos’, centrado en argumentaciones lógicas, racionales, que les comparto a continuación.



Para quienes simplemente quieran informarse más, les aseguro que Verlo les va a implicar un aporte muy sustantivo para sus vidas.

Y a quienes (se) dijeron que “NUNCA” dejarían de comer carne, les reto a que, luego de verlo, sigan sosteniendo el “nunca” (puede convertirse en un “Tal vez”, o quizás en un “algún día podría dejar…”).

Yo me animaría a apostar (si pudiera hacer un estudio, lo haría) que si vemos ese video 1 vez por mes en los próximos 3 meses, el 75% se haría Veganx (por el simple hecho de que la información decanta con el tiempo, las ideas cambian, las resistencias de los "no quiero", "no puedo" o los “no sé cómo hacer” bajan, crece la empatía y las ganas de buscar/encontrar los “cómo hacerlo”).



Lo cierto es que, cuando hacemos ‘un bien’ –con toda consciencia–, eso termina generándonos bienestar.

Hacernos “veganxs” no nos hace ‘mejores’ que otrxs, sino mejores de lo que fuimos… pues “el bien” que hacemos como Veganxs, es en realidad, practicar el principio moral por excelencia: no hacer daño (“No hacer a otrxs lo que no nos gustaría que nos hicieran”).



Después, hay temas que podremos debatir: si es viable para todo el mundo, si es posible en todo lugar del mundo, etc. Por lo pronto, sea donde sea que estemos, está bueno el ejercicio de ‘incomodarnos’, el empezar a dar pasos en la dirección que creemos más justa. El Veganismo no se trata de 'tener dinero' (se puede adaptar a cada bolsillo), sino de una Nueva Ética, basada en la consciencia, sensibilidad, liberación y justicia.


Para finalizar, les regalo algunas Imágenes y Frases que invitan a seguir "SentiPensando". Para verlas, hagan click o toquen una para abrirla, y luego pueden ir pasando a las demás.

Saludos!, y si les gustó o les parece bien, compartan esta Nota con sus contactos.





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