Enseñas con tus Actos, no con tus Palabras
- Lic. Diego S. Gómez
- 28 sept 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr

Cada 27 de septiembre, se celebra en Argentina el Día Nacional de los Derechos de Niñes y Adolescentes, en conmemoración de la sanción de la Ley N° 23.849 que suscribe a la Convención sobre los Derechos del Niñas, Niños y Adolescentes, la cual enfatizó en el reconocimiento de les niñes como Sujetos de Derechos y garantías (derecho a la identidad, a ser escuchades, a la no discriminación, a la educación, a la salud, a la participación –entre otros), y la consideración primordial del interés superior del niño.
Hay muchísimos temas que como Psicólogo me preocupan (y me ocupan) en torno a las Niñeces: el abuso sexual (y el ocasional embarazo incestuoso) de niñas, niños, niñes y adolescentes, la violencia física y psicológica, la falta de cuidados y afectos en las familias, la desnutrición, la malnutrición, las condiciones de vida indignas, la vulnerabilidad social y comunitaria, y lo que muchas veces ocasiona o favorece todo aquello (la inequidad social, la injusticia, el desempleo, el desfinanciamiento de la salud y la educación pública, las condiciones precarias de contratación y de trabajo, la cultura machista, la justicia patriarcal, los medios masivos de comunicación y entretenimiento como transmisores de antivalores, etc.).
Les Terapeutas insistimos en la Educación Sexual Integral (ESI) y en todo lo que pueda prevenir daños físicos / emocionales y psíquicos en les niñes, pues cuando, ya de adultes, escuchamos /lidiamos con las consecuencias (sus temores, heridas, inseguridades, inhibiciones, etc.).

Hay quienes dicen “soy lo que soy gracias a que ‘me tuvieron cortito’ de pibe”… es decir, “gracias” a los golpes, humillaciones, desprecios e insultos… Pero no… No es “gracias” a eso, es “debido a ello” (y en el mejor de los casos, “a pesar de ello”) que son como son.
Les niñes aprenden de lo que les rodea, de su entorno…
De “lo bueno”, y lo ‘no tan bueno’ (o “lo malo”)…
Si permanentemente se les critica, es esperable que aprendan a juzgar y a juzgarse;
Si les demuestran hostilidad, es esperable que aprendan a desquitarse con otres;
Si se les ridiculiza, es probable que se conviertan en personas inseguras y retraídas;
Si les culpamos por lo que nos pasa, es probable que tientan a sentirse culpables;
Si se les enseña a callar y acatar, posiblemente se conviertan en personas tímidas y sumisas;

Si respondemos todas sus preguntas o resolvemos todas sus inquietudes,
posiblemente no aprenderán a hallarlas por su cuenta (es mejor preguntarles qué les parece, qué opinan, qué creen o imaginan; que se queden con preguntas y no con certezas);
Si se les está siempre encima, no se les ayuda a ser independientes;
si hacemos todo por elles, no aprenderán de sus equivocaciones (pues cada caída nos enseña a ponernos de pie);
Si se les da TODO lo que piden, no podrán aprender a poner(se) un límite, ni aprenderán el valor del esfuerzo;
Si se les grita y/o golpea, aprenden a temer y a violentar en lugar de a respetar;
Si sólo se les dan órdenes, aprenden a obedecer sin cuestionar;

Si constantemente se les compara (con algún hermane u otre niñe), aprenden a sentirse inferiores;
Si se les dice que son “peores” que otres, aprenden a sufrir por no “dar la talla”;
y si se les inculca que son “mejores” que les demás, aprenderán a juzgar y a competir con Todxs para demostrar que, tal como les dijeron, "son" (y deben ser) "mejores" (a la vista de lxs demás, y especialmente, de la persona que les generó ese 'introyecto')...
Si les mentimos o pedimos que mientan, aprenderán a engañar y a desconfiar de la palabra propia y ajena;
Si les damos mensajes contradictorios, aprenderán a dudar de sí y a vivir en la confusión;

Si no les admitimos nuestros errores ni les pedimos perdón, al crecer no aprenderán a reconocer cuando se equivoquen, ni a tratar de repararlos;
Si les retamos cuando hacen “algo malo” sin explicarles el porqué del reto, no sabrán qué hicieron “mal”, y podrían crecer con un sentimiento de inseguridad y baja autoestima;
Si su 'figura referente' les dice “no tengo tiempo para pavadas” cuando quieran contarnos algo que les pase (o les preocupe), podrían convencerse de que sus conflictos o problemas no son importantes (y que elles no son importantes –ni para esa persona ni para nadie).

Y, por otro lado, es muy probable que…
Si les damos ‘lo mejor que tenemos’ para darles, eso aprenderán:
Si se les cree, podrán aprender a confiar (en sí y en otres);
Si se les reconocen sus logros, podrán aprender a valorar y a valorarse;
Si se les brinda seguridad y apoyo; podrán aprender a confiar en les demás;
Si se les permite opinar y disentir, aprenderán a dialogar y a razonar;
Si se es flexible e indulgente con elles; aprenderán a ser compasivxs;
Si se les alienta en lo que emprenden, ganarán seguridad en sí mismes;
Si se les escucha con atención, aprenderán a sentirse valiosxs;
Si se les acompaña cuando cometan algún error, aprenderán a no repetirlos
o a repararlos en el futuro;
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