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Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

La Metáfora de la Ecualización



La “Metáfora de la Ecualización” es un recurso 'psicoeducativo' que suelo utilizar para explicar cómo funcionamos (en tanto organismos bio-psico-sociales) en cada entorno o situación, y de qué depende el 'Bienestar/Malestar', o bien la 'Salud/Enfermedad'.

Hoy quiero ser más específico respecto de esta alegoría:


Imagina que cada ‘Perilla’ de la 'Consola de ecualización' es un aspecto de tu vida: por ejemplo, Familia, Estudio, Amistad, Amor, Sexualidad, Diversión, Trabajo, Ingre$o$, Proyectos, Sueños... Etc.

Pues bien, es claro que para sentir “Bienestar”, debe haber cierto equilibrio en nuestra ‘Ecualización’; si una perilla está ‘demasiado baja’, compromete al TODO.

Recordemos esa máxima de la Teoría de la Gestalt:


“El Todo es más que la suma de sus Partes”


Lo mismo vale para nuestra Vida. Todo en mi vida puede ir estupendamente, pero… ¿Qué pasa si 1 perilla está ‘muy baja’? Si por ejemplo no puedo dormir bien desde hace una semana; o… Me echan del trabajo… Me deja mi pareja… Fallece una persona muy querida y cercana…

Evidentemente, hay situaciones que “tiñen” nuestra vida de principio a fin. Con algunas situaciones, nada podemos hacer, más que –duelo mediante– aceptarlas y asimilarlas, para poder seguir adelante.


Pero incluso con eventos más triviales, la ‘ecualización de nuestra vida’ puede ir ‘cambiando de tono’… Se puede poner más aguda, más grave, con más eco, etc.

Todxs sabemos lo molesto que puede ser caminar con una pequeña piedrita en la zapatilla, o intentar dormir con un mosquito en el dormitorio, o hacer cualquier cosa con dolor de cabeza o de muela...


Hay veces en que todo está “bien”, pero aún así, sentimos que “algo nos falta”… Una ‘chispa’, un ‘plus’, más ‘emoción’… Tal vez no sea que una perilla esté baja, sino que “no esté presente en nuestra consola”... y hace falta incluirla.


Lo interesante de esta metáfora, es que puedo aplicarla a distintos aspectos o ámbitos: por ejemplo, si la ‘Consola de ecualización’ es "mi familia", cada perilla puede ser 1 integrante… O, tal vez, si la consola es “mis estudios”, las perillas serían las materias que estoy cursando… O quizás, si la consola es “mi salud”, cada perilla sería aspectos puntuales de mi cuerpo y su nivel de funcionamiento.


Hay algunas ‘perillas’ que para mí son básicas, y su balance es Vital:

Pensar (Mente); Sentir (Emociones); Hacer (Cuerpo); ‘Vibrar’ (Energía, Vínculos).

También, las de: Presente; Pasado; Futuro.

Y otras, que son ‘transversales’:

Volumen / Intensidad; Tempo; Dirección (centrípeto/centrífugo) y Sentido.



El Equilibrio entre el Pensar, Sentir, Hacer y Vibrar es fundamental y está vinculado con la Temporalidad: Pasado, Presente, Futuro. Si no hay balance y equilibrio entre estas perillas, la existencia se desarticula, se atasca, se empobrece.


Es común que las personas que tienen la perilla del Pensar demasiado alta, vivan más en el pasado o en el futuro que en el presente, y que toda la energía de su sistema esté en la cabeza. A su vez las perillas del Sentir (emociones) y del Cuerpo (Hacer), suelen estar muy bajas. Entonces se crean muchos de los problemas y conflictos que tienen, o se enredan en su maraña de pensamientos, los cuales a veces son veloces y desordenados, aleatorios.


También hay personas con la perilla muy alta en sus Emociones (Sentir), pero cuando la perilla está tan alta (saturada), puede suceder que no sea capaz de discernir entre lo propio y lo ajeno, quedando ‘pegada’ (en confluencia) con las situaciones o problemas de otras personas… Y desde ya aclaro que no me estoy refiriendo a la ‘empatía’, sino a no poder distinguir “lo mío” de “lo tuyo”.

Como dije, ninguna perilla está aislada, sino en relación a las demás. Me estoy refiriendo a situaciones en que una perilla está muy arriba, y el resto muy abajo. Unas perillas ‘altas’ pueden llegar a compensar a otras ‘bajas’, pero “compensar” no implica que exista “equilibrio”.


La perilla relativa a la Salud 'Energética' tiene que ver con lo psico-físico... Nunca debemos olvidar que "somos materia Y energía", la materia la vemos, la energía no, pero es muy real y registrable: hay días en que no tenemos fuerza ni motivación, sentimos cansancio, desgano... La energía de nuestro organismo, si bien puede ser controlada y manejada a voluntad con cierta práctica, depende muchas veces de las cosas que nos suceden. Hay noticias o eventos que 'nos levantan' anímicamente, nos llenan de energía, de entusiasmo, de vida... O por el contrario, la 'chatura' o la rutina pueden aplacarla.


La perilla Centrípeto / Centrífugo, hace referencia a la “Dirección”… si lo que Pienso, Siento o Hago está dirigido a mí, o a otras personas de mi entorno. También aquí es fundamental el balance. Hay personas que TODO lo que hacen en su vida, desde que se levantan hasta que se acuestan, está dirigido a otras personas, y si su perilla está MUY volcada al resto, no podrán reconocer nada que les guste o les dé placer, no tendrán anhelos ni objetivos que cumplir más allá de esa o esas personas a las que vuelca su actividad.

Como se darán cuenta, no hablo de “altruismo”, porque en este caso no hay un “Yo”… Mi “yo” está en función de “Otrx/s”. Se trata más bien de una relación dependiente y simbiótica.

En el otro extremo, tendríamos una persona MUY volcada a sí misma; y dependiendo de las demás perillas, podría tratarse de una persona egoísta, narcisista, o incluso esquizofrénica (en caso de que ‘la perilla Mental/Imaginaria’ estuviese también muy alta).


La perilla de “Volumen”, tiene que ver con la ‘Intensidad’ con la que se viven, se sienten o se hacen las cosas. Cuando la intensidad es demasiada, nos obsesionamos, nos ‘pasamos de rosca’, nos fanatizamos, y se distorsiona la existencia. Cuando la perilla está demasiado baja, tendríamos estados depresivos, donde no hay fuerza ni voluntad para nada, tampoco motivación... sólo desgano.


Como vemos, cada cuadro psicopatológico puede llegar a tener un cierto ‘dibujo’ de las perillas, una cierta forma o estilo a nivel general, que puede variar –desde luego– en lo particular de cada persona.



La perilla del 'Tempo' (no figura en el esquema), refiere a lapso temporal que es apropiado o saludable compartir o convivir con otrx/s. Por ejemplo: puedo querer mucho a un familiar o amigx, y puedo pasar muy buenos momentos cada vez que nos encontramos... Pero si por algún motivo tuviese que convivir con esa persona las 24 horas de cada día durante un mes, quizás no nos toleraríamos, nos molestarían muchas cosas (mutuamente), etc. Esto nos puede suceder al ,visitar a alguna persona de nuestra familia, pues sabemos que más de cierto tiempo es para problemas o peleas, que nos llevamos bien precisamente porque no convivimos, y porque el tiempo que compartimos no alcanza para discutir.


Salud/Enfermedad son parte de un continuum


“SALUD” implica (además de equilibrio, balance y coherencia) cierta capacidad de ADAPTACION ACTIVA. Este tipo de adaptación no es la simple conveniencia o la sumisión de aceptar y acomodarse a cualquier cosa; la Adaptación Activa implica ‘transformación’, es Activa y Creativa: no sólo ‘me acomodo’ sino que transformo mi entorno o a mí mismo, para que el contacto e intercambio con el resto sea el más funcional a cada momento.


Por el otro lado, “ENFERMEDAD” implica, precisamente, Adaptación Sumisa y Pasiva (es decir: no-ser-Yo; ir en contra de quien soy, actuar en contra de lo que pienso y siento). Incluye la ‘Des-adaptación’, la ‘In-adaptación’, así como también la ‘Sobre-adaptación’.

Doy un ejemplo de cada una:


La Desadaptación se ve en personas que, estén donde estén o con quien estén, usualmente no pueden (o les cuesta mucho) convivir o vincularse armoniosamente con otrxs; tal vez al inicio se llevan bien con una o varias personas, pero con el tiempo siempre terminan enojadas o enemistadas, ofendidas, etc. La desadaptación es una situación no-permanente, puede revertirse, y puede depender de la persona o del grupo o entorno en el cual está incluida. A veces, un grupo o institución tiene ciertas características, que hace imposible que podamos adaptarnos sin enfermar o enloquecer.


La Inadaptación implica una conducta psicopática, que se caracteriza por comportamientos antisociales que atentan contra la integridad o los derechos de otrxs, o por violar las normas de convivencia más elementales. Es un estado permanente, y si bien no es algo absolutamente ‘innato’ ni 'genético' (más bien con las condiciones de vida, el tipo de vínculos o atenciones que se recibieron en los primeros años de crianza), tiene que ver con la persona más que con el entorno con el que confronta.


La Sobreadaptación es cuando debo esforzarme para adaptarme a una situación para la cual no estoy preparado. Esto podemos observarlo en ciertxs niñxs o jóvenes “demasiado madurxs” para su edad (en ciertos aspectos, pues no dejan de ser niñxs o adolescentes). Seguramente pasaron por situaciones exigentes o traumáticas, en donde sus esquemas de pensamiento o de acción debieron madurar apresuradamente antes de tiempo, para poder tolerar, satisfacer, agradar o sobrevivir a ciertos escenarios (por ejemplo, niñxs que no tuvieron las atenciones requeridas por parte de sus figuras parentales/maternales; niñxs que debieron aprender a sobrevivir en las calles, etc.).


No quiero pasar por alto las perillas de Pasado, Presente, Futuro y Sentido.

Las 3 temporalidades necesitan estar conectadas y equilibradas para una existencia saludable. TODO lo que somos y hacemos se apoya en vivencias y aprendizajes que fuimos adquiriendo a lo largo de la vida… desde caminar, hablar, etc.



La perilla del Pasado tiene que ver con la Memoria, con el recordar.

El pasado es el “De Dónde Vengo”, y la clave de la salud es estar ‘en paz’ con mi pasado.

Gracias a ese pasado tengo experiencias y saberes que son importantes para actuar y desenvolverme en el Presente. Claro que en el Presente se pueden dar situaciones o conflictos para los que no tengo herramientas o soluciones en “mi fondo”, en mi “caja de herramientas” (la mayoría de las personas que empiezan Terapia, lo hacen en ese momento). El desafío será movilizar los saberes previos y las actitudes / aptitudes para poder hallar o crear la herramienta necesaria para el desafío que me aparezca en el presente.


El Presente es el Aquí y Ahora, es el Quién Soy (o mejor dicho, quién ‘estoy siendo’). En el presente puedo hacer una integración de algunos aspectos de mi pasado (que quedaron aislados o apartados de mis recuerdos, por ser muy dolorosos), o bien puedo hacer una ‘resignificación’ de ciertos sucesos que he vivido, para poder ‘acomodarlos’ e integrarlos en mi Ser actual.


El Presente puede ser un ‘refugio’, cuando vengo ‘escapando’ de algún aspecto de mi pasado (o cuando quiero alejarme todo lo posible de mi futuro); o puede ser una ‘prisión’, si siento que NO tengo Futuro, y que voy a estar atrapado en ‘un presente perpetuo’, monótono, repetitivo, insoportable.

La energetización, la sensación de fuerza o fortaleza, es signo de Salud en el Presente.


Cuando desde mi Presente puedo ‘proyectarme’ (pro = delante; yecto = lanzar), el Futuro lo vislumbro con alegría y esperanza, con emoción. El Futuro es el lugar del ‘Qué Quiero’, del ‘Adónde voy’. Pero cuando la perilla del Futuro está demasiado alta, y las otras demasiado bajas, voy a vivir con una gran ansiedad, anhelando o padeciendo ese futuro imaginado… Y de nuevo: mucha Mente y poco Cuerpo, mucha Imaginación y poca Acción.


Tanto entre el Pasado-Presente-Futuro como entre el Pensar-Sentir-Hacer-Vibrar, debe haber cierta “Coherencia” o equilibrio. Pero falta una perilla que es esencial para todo ‘bienestar’, y es la del “SENTIDO”.

La palabra ‘Sentido’ tiene por lo menos 3 acepciones:

Dirección: el “adónde” me dirijo; el “por dónde” voy a ir…

Significado: el “por qué” y el “para qué” de lo que estoy haciendo (o de lo que voy a hacer).

Registro: en tanto registrar, "Sentir", ser consciente de mis emociones y sensaciones (fundamental para reconocer lo que me pasa, y reaccionar adecuadamente a cada estímulo del entorno o de mi organismo).


Si mi vida no tiene un Sentido, mi presente no tendrá orientación ni significado… Mi vida será como subir a una calesita, voy a estar en movimiento pero sin avanzar ni llegar a ningún lado.

Sin un ‘Sentido’ en la vida, no vale la pena aventurarse, arriesgarse, superarse, involucrarse.

Puedo estar deprimido, triste, enfermo, sufriendo alguna pérdida… Pero sea lo que sea que tenga o que me haya pasado, si puedo ‘darle’ o ‘encontrarle’ un Sentido ESO, voy a poder atravesar la situación de otra manera, porque el Sentido es lo que me da un “por qué” y un “para qué”: me hace trascender.




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