A modo de ‘introducción’:
Hay un Mito griego conocido como “El lecho de Procusto”, que cuenta sobre un hombre (llamado “Procusto”, que significa ‘estirador’), quien tenía una casa en las colinas, y ofrecía hospedaje a viajeros solitarios que precisaban un lugar donde pasar la noche. Los invitaba a acostarse en una cama de hierro donde, mientras el viajante dormía, lo amordazaba y ataba a las cuatro esquinas. Si la víctima era alta y su cuerpo era más largo que la cama, serruchaba (cortaba) las partes del cuerpo que sobresalían: los pies y las manos o la cabeza. Si por el contrario, era de menor longitud que la cama, los ‘estiraba’ a martillazos.
Según ciertas versiones del Mito, nadie coincidía jamás con el tamaño de la cama, porque Procusto poseía dos, una muy larga y otra demasiado corta…
Este Mito suele utilizarse para graficar diversas experiencias de la miseria humana; por ejemplo, a quienes siempre pretenden acomodar la realidad, a la estrechez de sus intereses o a su particular visión de las cosas; a quienes no pueden ver ni aceptar a las demás personas como son, sino que intentan adaptarlas y hacerlas encajar en sus propios ‘moldes’ (en lo que cree que deberían ser). También, a quienes no toleran a lxs que –de un modo u otro– ‘sobresalen’, o a quienes ‘superan’ lo estándar, buscando boicotearles, ‘amputarles’, ‘ponerles palos en las ruedas’, ‘castrarles’, etc.
Cuanto mayor es el temor y la inseguridad, mayor es el DOGMAtismo.
Están siempre muy segurxs de lo que deben hacer, pero esa supuesta claridad suya es la principal causa de su obstinación en algún error. Su preocupación por lxs demás se inscribe en un patrón rígido y estereotipado que no hay forma de eludir. Son previsibles e irreductibles, y su incansable actividad deja numerosos heridxs a su paso. Cuando se les hace alguna objeción acerca de sus severos planteamientos, se molestan y suelen seguir adelante sin inmutarse, convencidxs de estar siempre en la mejor de la opciones… Quienes se equivocan, SIEMPRE son ‘lxs Otrxs’.
En el fondo, su generosidad es bastante egoísta; suelen pedir sinceridad, pero cuando se les dice la verdad se enfadan; suelen hablar de diversidad y de tolerancia, pero no toleran que se piense diferente a ellxs. Creen que son empáticos pero, en realidad, juzgan desde su egocentrismo las reacciones de otros, y suelen proyectar todo lo que ‘son’ y ‘tienen’ en lxs demás: egoísmo, soberbia, desconfianza, temor, etc. (ven ‘la paja en el ojo ajeno’).
Procusto se ha convertido en sinónimo de uniformidad, y su síndrome define la intolerancia a la diferencia. Son aquellxs que quieren 'minimizar' tus anhelos y propuestas para decirte que ‘NO’, que ‘no se puede’, que ‘no estás listo/a’, etc. Por eso se dice que, cuando alguien quiere que todo (o todxs) se ajuste a lo que dice o piensa, lo que quiere es que todxs "se acuesten en el lecho de Procusto”.
Parten de la idea de que las demás personas deben adaptarse sumisamente, amoldarse y encajar; deforman los datos de la realidad para ‘que todo cierre’ y se adapte a su visión, a sus intereses.
Suelen hablar de ‘trabajo en equipo’, ‘tolerancia’, ‘intercambio de ideas’, ‘confianza’, ‘respeto’, de ‘escucha’, etc.… pero siempre es para que el resto tome o acepte (o se adapte a) SUS ideas y puntos de vista, y acusarlxs de estar en falta (o victimizarse) cuando se apartan de lo que pretendía.
Así, la percepción de la realidad (de “lxs Procustos” y de sus seguidorxs) se va distorsionando… El pensamiento crítico (y propio) se va atrofiando, las personas que les rodean terminan desconfiando de su propia percepción, del cálculo o idea que efectúan, y empiezan a vivir bajo las coordenadas de ‘lxs Procustos’.
¿Cómo se llega a esto?
Es muy posible que cada unx de nosotrxs haya vivido alguna experiencia en carne propia (aunque tal vez, no la haya registrado)… Pero por si las dudas, no dejen de ver este Experimento Social sobre “Conformidad, Influencia, Adaptación sumisa a las normas grupales”: (No se pierdan el Video, es impactante!)
Y aquí, este Experimento (de Asch) sobre “Conformismo Social”:
Y... ¿Cómo una persona llega a convertirse en 'un/a Procusto'?
Hay miles de factores, pero aunque esto ameritaría un escrito aparte y específico, un sencillo ejemplo es “la ceguera” que produce el “Poder” (tenemos milenios de historia humana con ejemplos de hombres –y también algunas mujeres– poderosxs), de lo que se conoce como “El Virus de Altura”… Uno de los efectos de este ‘virus’, es que NO hay ‘contraste’ en las percepciones (se mezcla con lo imaginario), y la realidad se confunde o se distorsiona. Cuando el poder es tan grande, se pierde la capacidad de poner límite (separar, diferenciar) entre la realidad y la fantasía.
Valgan unos breves y divertidos ejemplos ‘simpsonianos’ para graficarlo:
(no dejen de verlos!)
...y uno más...
La próxima semana, iremos de lleno (ya sin metáforas) a las distintas formas que toma la Violencia Psicológica. Hasta pronto!
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