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Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

LAS VIOLENCIAS HACIA LAS MUJERES son un PROBLEMA que debemos asumir los VARONES

Actualizado: 21 nov 2021



En uno de sus libros (“Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales”; Paidós, 2010), el filósofo Slavoj Žižek comenta que durante la Segunda Guerra Mundial, un oficial alemán visitó al famoso pintor Pablo Picasso en su estudio de París. Allí vio su obra “el Guernica”, y sorprendido por el «caos» vanguardista del cuadro, le preguntó a Picasso: «¿Esto lo ha hecho usted?». A lo que Picasso respondió:

«¡No, ustedes lo hicieron!».


Traigo esta anécdota porque, hoy en día, en lo que respecta a los femicidios y violencias machistas (a los que penosamente nos venimos acostumbrando), los varones –en tanto colectivo– pareciéramos tomar la actitud contraria, negatoria:


«¡Yo no hice nada!», «¡Yo no tengo nada que ver!»

(“YO NO FUI”,

como diría Bart Simpson).



El famoso psicoanalista francés, Jacques Lacan, cuando revisaba el ‘Caso Dora’ en “Intervenciones sobre la transferencia”, preguntaba:

«¿Qué tiene que ver usted

con los problemas de los cuales se queja?»


Hoy, y en este contexto, yo cambiaría tanto la pregunta como a quién va dirigida:


Nosotros, los Varones:

¿Qué tenemos que ver (o ‘hacer’)

con los problemas que tienen

–y las violencias que sufren– las mujeres?



Cuando se realizan grandes movilizaciones de mujeres, trans/ travestis por algún femicidio, transfemicidio o travesticidio, no faltan los (y las) que, con la cara y el corazón más duro que una piedra, ponen en el primer plano de su liberal indignación: “son violentas”, “son feminazis”, “ensuciaron las calles, pintaron las paredes”, “son inmorales, se exhibieron desnudas, mostrando las tetas!”, “acuerdo con el reclamo pero no apruebo las formas”, “a mí no me representan”…



No consideran esas explosiones de indignación de las manifestantes, como resultado de SU indiferencia, de SU discriminación, de SU desinterés, de SU misoginia, de SU lesbo/transfobia, de SU propio machismo

Y sí, quizás no mataron ni violaron ni golpearon... pero su mezquino interés en su propio ombligo les hace cómplices al señalar las reacciones, pero no la acciones e inacciones –y silencios– que las ocasionan… Porque además, son personas que piensan, sienten, hablan y se expresan de CIERTO MODO (machista, patriarcal), defendiendo un “Orden” desigual, inequitativo, injusto, cruel.



El Lenguaje, es la BASE del Dominio Masculino, es la herramienta por medio de la cual VIVE y se expresa nuestro Machismo: en el modo de hablar, de expresar… Porque nuestra subjetividad se estructura mediante PALABRAS, mensajes, ideas, que se convierten en PENSAMIENTOS y modos de ver, de Sentir… y ACTUAMOS en base a ello.



El Lenguaje crea ‘sentidos’: la idea de “Mujer” como ‘mala’ (en otra época era ‘demoníaca’), como ‘cosa’, como OBJETO, como “Tetas-Culo-Concha-Boca-Ano”; como histérica, loca, interesada, traicionera, embaucadora, mentirosa, puta, sospechosa, peligrosa, “boluda”, “rompe-pelotas”, “tarada”, “hueca”, frívola, necia

El Lenguaje instituye e instaura ‘verdades’, las palabras crean realidades (una cierta visión del mundo), generan efectos, y a veces los naturaliza, o invisibiliza sus causas, o invierte las cosas para que las víctimas sean sospechadas…



Por medio del lenguaje, se habilitan, se autorizan, se fundamentan y se naturalizan las violencias hacia mujeres y feminidades… Las palabras son medios indirectos de encubrir o legitimar las violencias que se ejercen sobre ellas. Es lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu denominó “Violencia Simbólica”, que es un tipo de ‘violencia invisible’, y podemos identificarla claramente con el lenguaje cómplice de los medos de comunicación, de periodistas y comunicadores/as, cuando –ante un crimen, sea una violación o un femicidio– enfocan la atención en cómo estaba vestida la víctima, en el lugar donde estaba, en la hora, en si estudiaba o trabajaba –o no–, en su carácter, en sus capacidades intelectuales, etc.

De esta manera, se las violenta de modo indirecto, y además se lucra con su dolor, haciendo del morbo y de su desgracia un Show: La “espectacularización de la violencia”.

El o los victimarios, quedan así invisibilizados, protegidos; no aparecen en la escena: “Murió"… "Apareció muerta” (en vez de: "la mataron", "fue asesinada”).



Por favor, no quiero que pierdan el hilo: todo esto que vengo escribiendo del lenguaje, viene a colación del “Yo no hice nada” masculino, del “¿qué tenemos que ver/hacer los varones?” ante las violencias que sufren las mujeres y feminidades travestis/trans...


Retomo:

El lenguaje sexista, machista, misógino, prostibulario, habilita OTRAS formas de violencia, crea el escenario donde esas violencias terribles y visibles son posibles, son realizables, son justificables, son esperables, son comprendidas, son tolerables… y hasta aceptables! (incluso por las víctimas: “Mi marido me pega lo normal”).

Así, vemos el golpe y el insulto, pero no vemos las condiciones previas en que ese golpe o insulto se producen (y sin mayores consecuencias).



¿Qué quiero decir con todo esto?

Que quienes no golpeamos ni asesinamos mujeres, travestis/trans, niñxs (etc.) también SOMOS o podemos ser violentos, tanto como quienes pegan, abusan o prostituyen (e incluso más violentos, porque las palabras pueden torturar más y por más tiempo que los castigos físicos).

Y no es que nosotros, los varones “buenos tipos”, no cometamos violencias (o ‘micro-violencias’)… incluso los ‘anti-patriarcales’, los que venimos ‘deconstruyéndonos’… Podemos no-darnos-cuenta de nuestras violencias (las sutiles o las obvias), o no haber tenido intención cuando fuimos violentos... El tema es:


¿Qué hacemos cuando nos damos cuenta?



Hay opresiones y privilegios que los hombres NO-vemos, no-registramos, no-reconocemos... Pero sobre todo, que no nos conviene ver (ni nos interesan 'soltar', perder o modificar). El “Silencio Cómplice” y la ‘inacción’, también forman parte de las impunidades masculinas en el patriarcado, respecto a la no responsabilización por los propios actos (o ajenos) con las mujeres y feminidades.



Lo voy a decir claramente, para que los varones y masculinidades no nos desentendamos de las violencias extremas y machistas que vemos por los medios… (Esto va a ser intolerable para muchos, y me podrán poner en su lista de enemigos, pero acá va): Yo creo que...

TODOS los Varones somos Machistas

(o al menos, la gran mayoría; especialmente los cis-heterosexuales), sólo que algunos, y a veces –en mayor o menor medida–, podemos actuar de un modo igualitario, equitativo, respetuoso, no-machista.... Pero esto puede variar de minuto a minuto, de día a día.


No ser “Machos” es

en realidad, un

“no estar actuando

de modo machista”

(Pues nuestro "ser" es cambiante… No “soy”, sino que a cada momento “estoy siendo”). No quiero ponerme demasiado filosófico, pero voy a que, mi 'ser' o 'no-ser' un Macho, depende de cada uno de mis comportamientos.

Dicho de otro modo: nuestra adhesión o Deserción del Machismo, se verá a cada momento: en cada acto, pensamiento, expresión… Es una tarea constante de auto-observación y de aprendizaje.



8M: No va a faltar el marido que al son de un “Feliz Día” regale flores, pero apenas llegue se tire en el sofá a ver Tv mientras su ‘esposa-esclava’ le tiene que preparar mate, o café, o la cena, o escucharlo… que cuando ella quiera comentarle algo no le pondrá atención... que se considere buen padre por poner una foto con sus hijes en el perfil del whatsapp o del facebook... que ‘se prenda en la joda’ cuando en el grupo de whatsapp de “los muchachos” manden fotos de adolescentes desnudas, o clips pornográficos… Y podemos seguir así con 300 páginas más de ejemplos.

El machismo/sexismo y toda discriminación, es transmitida, enseñada y aprendida.

Un primer paso para comenzar a desmontar el Machismo es visibilizarlo, poder VERLO, verbalizarlo, ponerlo en palabras para desarmar sus tejidos invisibles; después, cuestionar los estereotipos que muchas veces repetimos sin darnos cuenta.

Por inercia, podemos ser parte de la cultura que dice que las nenas van de rosa y los nenes de celeste; que a ellas se las felicita por ser lindas y simpáticas, y a ellos por ser inteligentes y valientes… Y todo lo que viene después…



En la ‘Edad Media’, cuando el mundo occidental aún estaba gobernado por el cristianismo burocratizado (la Iglesia Católica y Apostólica Romana), Cristina De Pizán (1364-1430) escribió que “Si la costumbre fuera mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y sutilezas de todas las artes y ciencias tan bien como ellos”.


Hoy en día, podríamos decir algo similar en relación a la E.S.I.… esa “Educación Sexual Integral” que es Ley en Argentina desde el 2006 pero que no se aplica, esa que tanto temor genera en grupos cerrados y reaccionarios: si la educación sexual integral fuese enseñada y transmitida, todx niñe y adolescente aprendería que las diferencias no implican desigualdades ni privilegios; podrían reconocer una situación o relación abusiva, así como los recursos con los que contar, y dónde solicitar ayuda… Aprenderían que NADIE tiene potestad sobre sus cuerpos, que nadie puede obligarles a hacer nada que no les guste; podrían aprender que no son ‘medias naranjas’ sino personas íntegras, que el amor no se exige ni se conquista sino que se siente, que el amor no humilla, no miente, no manipula, no lastima ni 'duele’, que los celos son fruto de la inseguridad, que hay muchas formas de violencia… Que todas las personas tenemos emociones y sentimientos, que podemos gozar de los afectos… Y muchos etc.

Los gobiernos no la implementan, pero ningún grupo de varones que sean padres se ha organizado (aún) para exigirla, así como tampoco hubo manifestaciones masivas repudiando las violencias de otros hombres.



El Patriarcado NO es algo externo a quien yo soy… Soy Yo EN el patriarcado; atravesado por el patriarcado; ‘hecho’ desde y con el patriarcado: El patriarcado es un sistema que tiene miles y miles de años, es un complejo y entramado conjunto de valores, de ideas, de sentires, convertidos en ‘verdades’, que se expresan, se organizan y son reproducidas en la sociedad a través de las instituciones y las personas que estas forman.

El Machismo es, como todo, una construcción social… El Patriarcado es una fábrica de violencias y crueldades machistas… Y además de condenar a los violentos y de buscar encerrar a los ‘monstruos’, tenemos que pensar “CÓMO desactivar la fábrica de monstruos”, para que los niños y pibes de hoy no sean los femicidas, violadores, abusadores y violentos de mañana.



No veo otra manera más que por medio de la educación, de crear y expandir una Cultura No-violenta, de equidad y compañerismo, donde las diferencias no impliquen desigualdades, donde en lugar de jerarquías exista respeto y convivencia.


Para cerrar: los Varones fuimos criados, socializados y subjetivados desde un tipo de masculinidad (que es machista y hegemónica), y eso,

más que Víctimas

del patriarcado, nos hace CÓMPLICES

Y para no serlo, tendremos que replantearnos muchas cosas, posicionarnos en otra vereda, edificando masculinidades no-machistas, anti-patriarcales, desertando de la masculinidad hegemónica, comprometiéndonos con una ética del cuidado (del cuidado de otros, de otras, de otres, y de nosotros).



El Guernica, de Pablo Picasso
El Guernica, de Pablo Picasso

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