Me han propuesto escribir algo para un grupo de emprendedoras de distintas latitudes, y al principio tuve mis reparos, pues no soy ‘gurú de negocios’, ni ‘coach empresarial’, ni nada por el estilo. Fue así que me puse a pensar: ‘¿Qué podría aportarles desde mi área y mis conocimientos?’
Elegí un eje: “Salud y Negocios” (así como podría haber elegido “salud y amistad”, o “salud y pareja”, “salud y autoestima”, etc.).
Entonces, teniendo en cuenta de que no somos seres ‘particionados’ sino totalidades, que estamos compuestos de ‘partes’ pero que ‘el todo es mayor a la suma de las partes’, encaré este tema como encaro una Terapia: de modo integrado con nuestra situación, que siempre es compleja: hay un presente, pero también un pasado y un futuro, hay un entorno y experiencias particulares que nos fueron cincelando, marcando, pero que no nos determinan.
Además, hay numerosos ejemplos de cómo, los conocimientos en cierta área, pueden extrapolarse a otros campos: lo han hecho con Sun Tzu (“El arte de la guerra”, escrito que tiene más de 2000 años), con Maquiavelo, con Nostradamus, etc. Y a mí, siempre me ha fascinado cómo la psicología está presente en todo, desde decisiones o actividades cotidianas, pasando por relaciones, hasta en juegos y deportes (cartas –como el ‘Truco’–, ajedrez, tenis, fútbol, etc.), marcando estilos, estrategias, etc.
Sé que lo que sigue puede decepcionar a quienes busquen ‘claves para ganar dinero’, y/o que, de la primera leída, no puedan sacar nada en limpio… Pero así funciona esto, es como con la Terapia: no te da la solución de nada, pero te puede ayudar a que vos seas quien la encuentre, y puedas resolver tus conflictos y contradicciones…
Desde luego, no puedo extenderme demasiado, pero cada frase, cada oración, contiene mucho potencial de despliegue en lo que hace a ‘Salud y Negocios’. Lo decisivo, será lo que cada cual sea capaz de comprender y de hacer con esto.
Bueno, hasta aquí con la introducción.
Hay reglas y leyes generales, cuasi universales; cosas que se saben que son y funcionan de cierto modo… Se trata de reglas o leyes naturales (como la gravedad o la multi-causalidad). En ellas voy a apoyarme.
I) Tratemos de pensar (y Pensarnos) “en situación”, “en contexto”: somos seres relacionales, multi-dimensionales, estamos en permanente contacto con otras personas, y con un Entorno social y natural. Este Entorno tiene cualidades cambiantes, no es siempre el mismo ni lo es para todo el mundo por igual, variando lo que puede brindarnos o lo que podemos tomar de él.
Somos organismos vivos, y como tales, tenemos necesidades inherentes. Y la primera regla de todo ser vivo, es lograr un cierto equilibrio en el intercambio con su entorno; cierto balance entre lo que recibe o toma del entorno para cubrir sus necesidades, y lo que se da, saca o brinda de sí.
El equilibrio es, entonces, entre lo que “entra” y lo que “sale”.
Existen necesidades fisiológicas (descanso, nutrición, movimiento, etc.), “humanas” (recibir y brindar afecto, reconocimiento, expresarse, jugar y divertirse, aprender, crear, tener tiempo de ocio, etc.), y sociales (colaborar, trabajar, consumir, etc.). Un organismo que no cubre sus necesidades vitales (en cualquiera de sus múltiples planos), enferma o perece.
II) Tratemos ahora de Pensarnos en otra Escala…
Podemos pensar en distintas órbitas o niveles… A nivel cósmico, nuestra vida se desarrolla en un planeta diminuto en un rincón de la galaxia; a nivel histórico, nuestro paso por la tierra es fugaz; a nivel geográfico, somos como un grano de arena en una enorme playa…
¿Para qué nos sirve recordar esto? Para no creernos más (ni menos) de lo que somos. Para no perder realismo ni perspectiva. Para aprender a reconocer y aceptar mis limitaciones, reconocer y confiar en mis aspectos positivos, en mi potencial. Para recapacitar en que ‘Espacio y Tiempo’ son relativos, no absolutos; y que conviene aprovechar cada segundo de vida sin olvidar que, todo lo viviente en el universo, tiene momentos activos, y necesita también fases de pasividad o inactividad…
III) Pero tenemos deseos, anhelos… Metas.
A veces, se vinculan con Necesidades ‘reales’, otras veces, con las ‘creadas artificialmente’ por la publicidad y el mercado (cultura consumista). Y a veces, vivimos la vida como si fuese una carrera, en la cual queremos ganar, sobresalir, vencer…
Pero ¿eso es alcanzar el éxito…? ¿Qué es para mí el “éxito”?
IV) Muchas veces, confundimos el “Qué”, con el “Para qué”.
La mayoría de las veces, lo que permanece en ‘las sombras’ de lo que hacemos y lo que ‘queremos’ o buscamos, es: sentirnos especiales (ser especiales para alguien –o para algunxs–), ser queridxs o amadxs, ser reconocidxs, recibir afecto y buenos cumplidos… ser ‘felices’… sentirnos personas plenas, realizadas. Y lo paradójico es que, por lo general, seguimos a rajatablas un camino que nos conduce a determinada meta, pero el resultado es MUY diferente de lo que buscábamos, imaginábamos o esperábamos… Sea porque terminamos sintiendo soledad, agotamiento, insatisfacción, vacío existencial, deterioro en la salud (etc.), por descuidar aquello que es “primario” o “esencial” (los afectos, la salud, los vínculos, la diversión, el disfrute) y centrarse en “lo secundario” –o, como suele decirse popularmente, ‘poner el carro delante del caballo’–.
V) Muchas personas que vivieron situaciones límite, que vieron la muerte a la cara, eligen modificar el rumbo de su vida: Equilibrar el Placer/disfrute con las Necesidades básicas, tomarse la vida de modo más relajado y divertido. La vida deja de ser una competencia, se dan cuenta que liderar la carrera es algo tan efímero y superficial que no vale la pena, o bien, se dan cuenta de que ese lugar es apenas transitorio… Que la cuestión no es ganar, sino ‘superarnos’, desarrollar nuestro potencial. Crecer y ayudar a otrxs a crecer.
Pensemos en cuántos personajes históricos han deseado sobresalir, dominar o incluso conquistar al mundo –de un modo u otro y en distintos campos–…Y ¿qué ha quedado de ellxs…?
VI) Retomando. Somos cuerpo, somos naturaleza, somos organismo, somos vínculos, somos parte de una trama vincular (familiar, cultural, social, epocal).
Muchas veces, es el Cuerpo el que mejor ‘nos muestra’, el que mejor ‘habla sobre nosotrxs’ sin mentir… a través de movimientos, posturas, gestos, de la mirada, de tensiones, dolencias, síntomas, enfermedades.
VII) ¿Cuál es, entonces, la clave de la Salud y del ‘Éxito’?
El Equilibrio, la proporcionalidad, el balance… pues así como somos en parte, somos en todo: Somos un sistema viviente. Somos materia, y también somos energía. Somos partes que se interrelacionan e interactúan, pero somos también 'un plus', somos más que la suma de las partes.
La salud y la enfermedad forman parte de un continuo, y están vinculadas al tipo de relación y ‘Adaptación’ que logramos respecto a nuestro entorno: podemos estar ‘des-adaptados’, ‘in-adaptados’, ‘sobre-adaptadxs’, ‘sumisamente’ adaptados, o adaptados ‘activa y creativamente’, transformándonos y transformando nuestra situación.
Por último, no olvidemos que…
El Éxito, no es "hacer lo que se quiere"… es "querer lo que se Hace”.
(O al menos, así lo veo, lo vivo y lo siento yo. Pero cada quien tendrá su definición).
Y si bien no existen ‘fórmulas’ que aseguren ni garanticen ‘el éxito’ ni ‘la felicidad’, pensé en algunos ‘Tips’ que pueden servirles para reflexionar y llevar a la práctica algunas de las ideas que expuse, basándome en experiencias y enseñanzas a las que accedí en distintos momentos de mi vida. Espero que, con estos ítems, se esclarezcan algunos de los puntos esgrimidos anteriormente:
12 Claves para la Salud y el Éxito
1) Se (Fiel a) vos misma/o.
Ten en claro quién sos, tus valores y principios, y no te apartes de ellos. Nunca te traiciones ni te vendas, no trates de ser quien no-sos. Tu vida tiene valor, no un precio. No hay otra/o ‘vos’, y nadie va a hacer tu papel mejor de lo que vos lo harías.
2) Aprende a Discernir entre lo que es pensamiento (lo imaginario, ilusorio) de lo que es real, perceptible, para poder ‘responder’ en lugar de ‘reaccionar’. Reconoce las posibilidades del entorno, y contempla también las dificultades.
3) Escucha tu Cuerpo, esfuérzate para entender su idioma. Él no miente, te informa sobre lo que te está pasando y sobre lo que necesitas.
Por ‘Cuerpo’, no me refiero sólo a ‘lo físico’; no es 'algo que tenemos’, sino parte de nuestro Ser. Chequea a cada momento cómo estás (anímicamente, emocionalmente, energéticamente): revisa tu respiración, tus latidos, tus tensiones, tus sensaciones. Conoce y respeta tus límites, sé consciente de tus fortalezas y de tus ‘puntos a fortalecer’.
4) Procura deshacerte del equipaje obsoleto. Al emprender un gran viaje, lleva el equipaje justo y necesario.
Avanzar mirando hacia atrás, te expone a accidentes y no te permite avanzar en su totalidad. No arrastres situaciones inconclusas del pasado; cierra círculos, cauteriza tus heridas; suelta las culpas y los auto-reproches.
5) Cuídate y Cuida tus Hábitos.
Ningún organismo sano se ataca o auto-destruye. Tu organismo lleva la cuenta, y tarde o temprano te pasa la factura.
Cuando te canses, no reniegues de tu esfuerzo: descansa.
Tus dificultades en algún aspecto de tu vida, pueden darte la clave sobre lo que falla no anda bien en otros aspectos.
6) Atiende a lo que piensas:
“Los pensamientos, producen y atraen acciones. Los pensamientos repetidos con ‘fe’, producen y atraen acciones con más fuerza**”.
Los pensamientos poseen ‘carga’, tienen una potencial materialidad. Sé cuidadosa/o con lo que piensas o deseas, porque puede hacerse realidad.
(‘Fe’ es, etimológicamente, confianza –optimismo– y permanencia.)
7) Sé paciente, humilde y agradecida/o.
No te empecines enfrentando fuerzas que te superan; espera a que se debiliten para visualizar tus posibilidades de avanzar. Aprende a asociarte y a pedir ayuda.
“Resolverás tus conflictos cuando los comprendas en su última raíz, y no cuando quieras resolverlos*”.
8) Valora los procesos. Aprende de las caídas, de los errores y las malas experiencias. Sácales provecho.
“Si persigues un fin, te encadenas al sufrimiento. Si todo lo que haces lo realizas como un fin en sí mismo, te liberas*”…“Cuando forzamos las cosas hacia un fin, producimos lo contrario*”.
No se trata de decidir si es “Sí” o si es “No”; se trata de “Cómo” y “Cuándo”.
9) Busca el Equilibrio.
“Las cosas están bien cuando marchan en conjunto, no aisladamente*”.
Ten en cuenta los distintos ámbitos o aspectos: físico, mental, emocional, vincular, laboral, energético, amistad, amor, sexualidad, hobby’s…
'Tiempo', 'Espacio' y 'Volumen' también son categorías a considerar.
(Metáfora del ‘la consola de ecualización’)
10) Aspira a la Coherencia entre tu Pensar, tu Sentir y tu Hacer en el Aquí y Ahora. Vive en el presente, en la realidad (‘sin huir’ hacia la fantasía).
11) Tu Actitud hace la diferencia:
Entrega, Compromiso, Convicción y Persistencia… en ‘las buenas’ y en ‘las malas’.
“Somos lo que hacemos con lo que nos pasa”.
12) Empatía. “Cuando tratas a las demás personas como te gustaría que te traten, te liberas*”. Nada de lo que hagas en tu vida (y ‘con tu vida’) es indiferente. ‘Nosotros/as’, también somos con y gracias a ‘otros/as’.
* Forman parte de los “Principios de Acción Válida” (del libro “El Paisaje Interno” - Silo)
** Aforismo humanista.
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