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Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

VARONES y CONSUMO de PROSTITUCION*


*Desgrabación de mi Intervención en el Conversatorio “Masculinidades y perspectiva de género: debates para el cambio social”, organizado por el INHUS (Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales, unidad ejecutora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Universidad Nacional de Mar del Plata) el 02 de Junio de 2021: https://inhus.conicet.gov.ar/masculinidades-y-perspectiva-de-genero-debates-para-el-cambio-social/



Varones, y consumo de prostitución

(por Diego Sebastián Gómez)


Por qué es importante hablar sobre varones y prostitución.

Es importante por muchas cosas, pero voy a tomar 3:


Primero, porque en la prostitución ellas son visibles y ellos están ocultos.

Si Uds. buscan imágenes sobre “prostitución” en internet, van a ver que en la gran mayoría aparecen mujeres, travestis o feminidades trans, vestidas de cierto modo, arrimadas a un auto, paradas en una esquina… Y esa es una clara representación de lo que es la prostitución en el imaginario social.


Pero la prostitución NO es una chica en una esquina o en un cabaret o en un privado (da igual si ‘la chica’ es cisgénero o transgénero, si es travesti, si es menor o mayor de edad)…

La prostitución es un varón, de cualquier edad, de cualquier ideología, de cualquier clase social y condición física, con el Deseo y el Privilegio de poder pagar para penetrar o imponer su voluntad sexual a otra persona… persona que NO tiene Deseo de estar con ese varón (ni el privilegio de elegir con qué varón estar, porque necesita el dinero).

La prostitución es un PRIVILEGIO que tienen TODOS los varones del mundo, sean ricos o pobres, empresarios u obreros, sean de Villa Fiorito o de Palermo, de Formosa o de Tierra del Fuego, tenga 15 años o 75… da lo mismo… Es ‘EL’ Privilegio Masculino, el de poder acceder al cuerpo de una mujer o travesti por un precio adecuado a su posibilidad y a su “target”.



Y esto tiene que ver con el segundo motivo por el cual es importante hablar de Varones y Prostitución, y tiene que ver justamente con la perspectiva de Género: porque la Prostitución encubre e invisibiliza relaciones asimétricas de poder, instaura una desigualdad radical, (dominación masculina y subordinación femenina) lo que da lugar a violencias de distinto tipo: violencia simbólica, violencia sexual, violencia económica, violencia física y violencia psicológica.


Me pregunto, y les pregunto:

¿Cómo hablar de Igualdad en una Clase de Educación Sexual Integral, si después los pibes se matan viendo pornografía y el fin de semana van al prostíbulo?

¿Cómo, los adolescentes de hoy, van a aprender a empatizar y a tener una sexualidad compartida e igualitaria, a relacionarse con mujeres y feminidades trans en paridad, si no las reconocen como iguales sino como seres inferiores, como “juguetes sexuales”?

¿Para qué exigir que se implemente la ESI si aprenden que es normal pagar para imponer su deseo y acceder al cuerpo de otra persona?


ESO tiene consecuencias sociales:

1°, instala la división entre mujeres decentes y respetables, y mujeres y travestis utilizables y desechables.

2°, la cultura prostituyente conlleva un modo de estructurar la sexualidad humana, porque enseña e instaura un tipo de subjetividad masculina: nos da a los varones una sensación de superioridad y promueve un pensamiento supremacista, que en la práctica no puede convertirse en otra cosa más que en violencias machistas.


El movimiento de mujeres y disidencias, logró que muchos varones empecemos a cuestionarnos… Pusimos la lupa en muchos “Micromachismos”, pero nos pasamos por alto algunos “Macro-machismos”, como si el consumo de pornografía y la demanda de prostitución no tuvieran nada que ver con la ‘violencia de género’, o con el machismo más rancio, con privilegios masculinos milenarios, con representaciones e imaginarios sociales misóginos que alimentan no sólo un lenguaje, sino una visión, una mirada y una actitud netamente cosificante, deshumanizante, mercantilizante...!


Prácticamente, TODOS los privilegios masculinos se pusieron en cuestión, todos, menos el consumo de prostitución. Y ESO es porque La Prostitución guarda la esencia del machismo que por lo general, ya no se puede exhibir abiertamente en ningún otro ámbito social. La Prostitución es, junto a la pornografía, el último gran bastión del machismo patriarcal.


Me pregunto: ¿qué tipo subjetividades masculinas se podrán construir en un entorno social donde la prostitución esté normalizada?

¿Existe, en la práctica masculina, algo más sexista, machista y patriarcal que la prostitución, donde la posibilidad de penetrar, eyacular u orinar encima de una mujer o feminidad trans tiene un precio?


Marcela Lagarde (2003), plantea que en las sociedades patriarcales se concibe al cuerpo de las mujeres como cuerpo para otros, para satisfacer placeres de otros. Pero el poder sobre el cuerpo de las mujeres no es meramente físico, también es simbólico. La socialización sexual de varones y mujeres refuerza los estereotipos tradicionales, y habilitan a que los varones se conviertan en prostituyentes; y que las mujeres sientan que su rol es satisfacer los deseos del varón (incluso fuera de la prostitución).


La Perspectiva de Género implica una mirada, una escucha y una comprensión particular respecto de los padecimientos específicos que sufrimos según nuestra identidad y expresión de género. Sirve para desnaturalizar las desigualdades de nuestra socialización y visibilizar cómo repercuten de manera diferencial en la subjetividad y en las condiciones de existencia de cada género.


Un tercer punto por el cual elegí hablar de Varones y Prostitución, es porque, como vine diciendo, se vinculan con la Violencia y la Desigualdad de Género:


En lo coloquial, cuando hablamos de “Sexo”, hablamos en realidad de una “relación sexual” (generalmente entre dos personas); pero cuando ese DESEO no es recíproco, ya no hay “relación sexual”, hay “Abuso sexual. Y ESO es lo que sucede en la prostitución.

No voy a entrar en detalles sobre los efectos en la salud mental de las personas prostituidas, pero más del 70% padecen trastorno de estrés post-traumático, similar a las secuelas que tienen los veteranos de guerra. Esto es como para un capítulo aparte, pero las secuelas de prostitución son terroríficas, porque se vio que en todo el mundo las mujeres tienen que disociarse psíquicamente para poder tolerar todo lo que les hacen. La Disociación (“no soy yo, no estoy acá, esto no me está pasando a mí”) es un mecanismo defensivo extremo y universal frente a todo abuso e intrusión sexual reiterado.


Ahora: hablar de Cliente”, “comprador” o “consumidor en prostitución, es edulcorar y tergiversar demasiado las cosas:

Quienes “ejercen” la prostitución no son NUNCA las personas prostituidas, sino quienes pagan: ese varón, MAL llamado “cliente”, es siempre un PROSTITUYENTE, porque es el Agente, es el Sujeto cuya acción instaura la relación de prostitución… que es SIEMPRE una relación violenta, asimétrica y desigual.


Sonia Sánchez (sobreviviente y combatiente de la trata y la prostitución) explica que un prostituyente es un explotador, porque lo excita la posesión y el dominio sobre el cuerpo de la otra persona… Es decir que los varones prostituyentes NO buscan ni pagan por “sexo”, buscan desplegar esa masculinidad hegemónica que se consuma al ejercer poder en forma de violencia sexualizada sobre los cuerpos de mujeres y feminidades.


En la prostitución, el Deseo y el Poder están del lado del que paga, es SU deseo el que cuenta (y eso lo posibilita el privilegio de ser varón).

La relación desigual de poder en la prostitución, lo es en varios aspectos:


1°- En cuanto al género: según distintos estudios, el 90% de las personas prostituidas son niñas y mujeres cisgénero, el 9% son travestis y feminidades trans, y el 1% son varones… Y “los compradores” son 100% varones (las mujeres que pagan por sexo no llegan al 0,01%).

2°- hay una desigualdad de edad: mundialmente, en promedio las mujeres ingresan al sistema prostituyente siendo NIÑAS de tan sólo 14 años.

3°- hay una desigualdad de clase: La pobreza es un factor predominante en el ingreso al sistema prostituyente. No vemos personas pobres pagándole a personas de países ricos… vemos hombres de países ricos pagando por chicas de países o lugares empobrecidos.

4°- hay una desigualdad en la vida sexual: Según el estudio más importante sobre personas en prostitución, realizado por Melissa Farley en 9 países, el 70% de personas en prostitución provienen de familias abusivas, donde fueron víctimas de abuso sexual en su infancia y/o de violación en la adolescencia; y aseguraron que ESO fue determinante para el ingreso al sistema prostituyente.

5°- hay una desigualdad en cuanto a la estabilidad socioeconómica: Muchas chicas huyen de sus casas o de sus países de origen por la pobreza y falta de oportunidades laborales; mientras los varones prostituyentes suelen tener trabajo, casa, familia, y una vida estable. Las mujeres y travestis-trans en prostitución rara vez tienen casa propia…


Si repudiamos la violencia sexual, tiene que dolernos lo mismo que una joven sea violada por 5 machos en una fiesta, que una mujer [chaqueña, formoseña, del conurbano o de donde sea] que está siendo sistemáticamente penetrada por prostituyentes. El dinero NO puede ser la diferencia entre un violador, un prostituyente, y un “cliente” o “consumidor”. Aunque haya dinero de por medio, deberíamos considerarlos agresores sexuales…



Me pregunto ¿en qué momento empezamos a pensar, o a justificar o a naturalizar que chupar penes y ser penetradas por más de 10 varones todos los días pueda ser considerado un trabajo para las mujeres, travestis y feminidades trans?

Ese pensamiento machista y neoliberal no debería tener cabida en ningún grupo que se pretenda “Antipatriarcal” o de izquierda… (o progresista).


Quiero referirme brevemente a esa supuesta diferencia entre Trata y Prostitución:

En la teoría, son cosas distintas. Pero en la realidad, prostitución y trata son 2 caras de 1 misma moneda, porque la demanda de personas para prostitución es el factor principal vinculado a la Trata (se trate de niñas, niños, mujeres, travestis o feminidades trans)… Y la demanda crece porque la pornografía es la publicidad omnipresente: la pornografía es prostitución filmada, y desde los ’80 fue y es la entrada masiva al mundo de la prostitución, y un “modelo” de lo que ES una “relación sexual”.


La Trata es una cuestión de Demanda y Oferta: hay muchos hombres queriendo pagar para “tener sexo”, y MUY POCAS mujeres dispuestas a acceder. Las Redes de Trata son las que se ocupan de ese faltante de personas prostituidas… y las buscan o las captan en los lugares más empobrecidos…

Allí donde se legitima o se regula la prostitución, crece la trata, sin excepción… simplemente porque cuando hay una industria legalizada, la trata tiene dónde esconderse.


Por último, la diferencia entre Trata y prostitución, es la vieja distinción entre víctimas decentes e inocentes, y “putas”; es como culpabilizar a algunas: “Está ahí porque quiso”, “nadie la obligó”, “nadie le puso un arma en la cabeza”… “entonces que se joda”


Pero no hace falta hacer esa distinción, porque para el prostituyente no hay ninguna diferencia: ¿Qué importa si ella está ahí para poder comer, o porque toda su vida fue violada o abusada, o si la tienen amenazada?…

Si sabés que ella no quiere tener sexo con vos, no tengas sexo y punto!, se acabó la discusión.

Además, ninguna mujer va a decir que es víctima de trata, porque están amenazadas ellas y sus familias… Y la mayoría ni siquiera se reconocen como víctimas de trata.


Quisiera cerrar, abriendo algunos interrogantes:


¿Por qué tanta insistencia, de un sector tan grande de la sociedad, para sostener y querer normalizar esta institución patriarcal, una institución además misógina, arcaica, capitalista, neoliberal, trágica?

¿Por qué tanta insistencia?


¿Por qué mejor no centrar nuestros esfuerzos en posibles estrategias para fomentar subjetividades no-patriarcales y no-machistas, desde una lógica multifactorial y transdisciplinaria?


Y una última pregunta para nosotros, los varones, y los que formamos parte de grupos antipatriarcales:

¿Qué nos está pasando, que hablamos de deconstrucción, de privilegios, que criticamos el sexismo en la televisión y en las publicidades, que nos posicionamos sobre la explotación de las compañeras en lo que hace a las tareas del hogar, que repudiamos el acoso callejero y el abuso sexual (y mil etcéteras), pero no nos posicionamos sobre el consumo de prostitución (es decir, sobre la explotación sexual)?


Mañana, 3 de Junio, es NI UNA MENOS…

Para que NO haya NI UNA MAS en los prostíbulos” (que, como dicen las Madres Víctimas de Trata, los prostíbulos son “centros clandestinos de violación y tortura seguida de muerte”), necesitamos “Desertar” de la masculinidad hegemónica

Y, para que haya NI UNA MENOS, necesitamos ser MUCHOS-MACHOS-MENOS.



Bibliografía de consulta:

  • De Miguel, Ana: “Neoliberalismo sexual”

  • Ekman, Kajsa Ekis: “El Ser y la mercancía”

  • Galindo, María & Sánchez, Sonia: “Ninguna mujer nace para puta”

  • Lagarde, Marcela: “Los cautiverios de las mujeres…”

  • Tiganus, Amelia: “La revuelta de las putas” (artículo)

  • Volnovich, Juan Carlos: “Ir de putas”



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