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  • Foto del escritorLic. Diego S. Gómez

El Machismo, y la Sexualización de la Violencia: Pornografía, Prostitución y ‘Trata’ (2da parte)

Actualizado: 31 jul 2022



De la 'Cultura' de la violación, a la ‘Industria’ de la Violación:

En tiempos del capitalismo, todo se mide en términos monetarios. La demanda de sexo es la más alta en toda la historia humana.

Hoy en día, la industria pornográfica es mucho más grande que la de Hollywood, y factura al año mucho más dinero.

Se cree que el tráfico de personas para la explotación sexual (prostitución), supera económicamente las transacciones de petróleo a nivel mundial, y es el 2do negocio ilícito más lucrativo del planeta (luego de la venta de armas, y le sigue la venta de drogas). Tal vez esto nos dé una idea del dinero invertido en perpetuar y controlar esta industria.

En los países donde la prostitución está regulada (o reglamentada, es decir, reconocida por el Estado como ‘un trabajo más’), ha crecido significativamente la Trata y la prostitución “ilegal”. Pero además, los proxenetas pasan a ser empresarios, las mujeres y travestis/trans prostituidas pasan a ser “trabajadoras”, el prostituyente pasa a ser “cliente”, y el Estado funciona como proxeneta (que además de bajar los índices de desempleo y aumentar varios puntos su PBI, ofrece esta respetable actividad a aquellas que buscan “un trabajo”).

En los burdeles de Alemania, donde la prostitución está regulada, se puede apreciar cuál es la lógica del negocio:

Más del 90% de las mujeres prostituidas son extranjeras (provenientes de países empobrecidos, escapando del hambre, la guerra y la violencia); hay catálogos de seres humanos para todos los gustos: las más jóvenes (y alemanas) son las más caras, luego están las de Europa del este, las rusas, asiáticas, latinoamericanas y las negras, que son las más baratas. A más edad, menos precio. El ánimo destructivo del poder, se aprovecha de las más vulnerables.

Por si fuera poco, las agresiones sexuales (las prácticas que demandan los varones prostituyentes) son cada vez más sádicas: una nueva moda en los prostíbulos europeos es el sexo con mujeres embarazadas en estado gestación avanzada. Como consecuencia, se hacen abortos tardíos o nacen bebes indeseados, muchas veces con problemas generados por las consecuencias en el feto de las penetraciones reiteradas a las que diariamente fue sometida la madre.



El lobby proxeneta, desde la idea de empoderamiento, autonomía y oportunidades de dinero que habría en la prostitución, lo que busca es un flujo constante de “carne joven”, jovencitas, para ir reponiendo “chicas nuevas”, y deshacerse de las que ya se consideran “viejas” o “muy usadas”.

Utilizo estas palabras entre comillas, pero son ‘suaves’ en comparación a las expresiones que pueden leerse en los “Foros” de varones prostituyentes, donde se dejan comentarios sobre mujeres prostituidas, poniéndoles puntajes, e “intercambiando información” y consejos. Basta leer eso para captar la misoginia (odio a las mujeres), la falta de empatía, y la deshumanización (junto a la objetivación / cosificación de sus cuerpos).




La Trata de personas con fines de explotación sexual



El imaginario común de la Trata, es una mujer encadenada, encerrada, semi-desnuda tirada en un colchón… Pero esto no siempre es así. La trata se ha diversificado y perfeccionado, tomando formas casi imperceptibles, tal como relatan muchas sobrevivientes.

Muchas veces, los grilletes son más mentales que físicos: es el Terror, producto de las amenazas o de los castigos a quienes intentaron escapar o pedir ayuda (mujeres quemadas, desfiguradas, golpeadas, torturadas, etc., que son el “ejemplo” de lo que le puede suceder a cualquier otra que intente hacer algo).

Ese imaginario (de la mujer encadenada y esclavizada) genera a su vez otro: existiría una “prostitución buena”, donde una mujer adulta decide voluntariamente ‘trabajar’ o dedicarse a eso, que pacta el ‘servicio’ y el precio con el ‘cliente’; y otra “prostitución mala”, donde la persona está coaccionada, obligada.



Muchas veces, las mujeres tratadas y traficadas eran prostituidas en otros lugares, y las llevan engañadas. Las redes de trata son miles, están bien organizadas y protegidas (proxenetas, poder policial, judicial, económico y político), y a veces prácticamente no hay diferencias entre quienes están allí por ‘voluntad propia’, de quienes no. Eso sí: las atrocidades por las que las hacen pasar (hiper-drogadas, golpeadas, violadas en grupo –torturadas sexualmente– durante horas, etc.) son tan extremas, que la persona queda como ‘muerta en vida’, pero sonriente. Queda quebrada, sometida, desvalida, anulada, sin esperanza.

Los intereses detrás de los Redes de prostitución y Trata son multimillonarios. La policía y los políticos no sólo las amparan, sino que las organizan. El dinero de la trata financia campañas políticas en este país y en muchos otros.



Ahora: ¿creen Uds que alcanzan las mujeres que “eligen libremente" esa vida para atender la demanda creciente de los prostituyentes?

¿Creen que las mujeres elegirían este ‘oficio’, en el cual es tan fácil entrar y tan difícil salir, en donde deben soportar entre 15 y 20 tipos, muchas veces desagradables y sucios, que las penetren por todos sus orificios –mayormente sin preservativo–, que les eyaculen encima, que las golpeen y humillen –e incluso también que las violen–, si tuviesen la opción de tener un trabajo con un ingreso que les permita vivir dignamente y criar a sus hijxs?

¿No creen que la desesperación, la pobreza, su autoestima pisoteada y quebrada, los abusos sufridos en su infancia/adolescencia, y todo su entorno machista –que la considera un objeto sexual e inservible para cualquier otra cosa– son factores que la empujan a esta “elección”??



Daños y Secuelas en la Prostitución y Trata:

Las secuelas físicas y psíquicas de las mujeres y travestis/trans prostituidas son muchísimas, son terribles, algunas inimaginables.

Primeramente, hay que decir que en el caso de feminidades Trans y Travestis, el 90 % de este colectivo es ‘arrojado’ a la prostitución como único medio de subsistencia, por haber sido rechazadas y expulsadas de sus familias, de las instituciones educativas, del mercado laboral, de las instituciones de salud, etc. El promedio de edad de ingreso en la prostitución, es de entre 11 y 15 años, y su expectativa de vida promedio es de entre 35 y 40 años. El mundo prostituyente les exige intervenir su cuerpo, pues los varones buscan cuerpos exuberantes, y saben que sin ese cuerpo, siguen de largo hasta dar con quien sí lo tenga. Por ello recurren a métodos tremendamente nocivos (pero infinitamente más accesibles económicamente que una intervención quirúrgica en condiciones seguras), con aceites industriales inyectados en sus cuerpos (sobre todo labios, pómulos, pechos y glúteos)…



Algo que suele afectar tanto a Travestis como a Mujeres (cis y trans) –además de la arbitrariedad, la brutalidad, el chantaje y el acoso policial– son las infecciones y enfermedades de transmisión sexual (VIH, Herpes, y otras), las adicciones y el consumo problemático de analgésicos, alcohol y drogas para poder tolerar las violaciones que deben soportar.

Dicen muchas sobrevivientes que, la frase que más escuchan de los varones prostituyentes desde sus autos, es: “¿Cuánto sin forro?”



Cuando vivimos situaciones desagradables, martirizantes, que generan daño y contradicción (con nuestras necesidades, deseos, etc.), nuestra mente despliega distintos tipos de “DEFENSAS Psíquicas” (que pueden ser más o menos extremas):


Negación: 'No estoy aquí, esto no me está pasando, este no es mi cuerpo, esta no soy yo' (por eso, lo primero que se le dice a una mujer en prostitución, es que se elija “otro nombre”, o directamente, se lo imponen).


Disociación: un ‘encapsulamiento’ de la vivencia, separada de la consciencia. La persona se abstrae de la situación, se ‘ausenta’, no siente ni registra gran parte de lo que (le) sucede, o lo olvida (en realidad, según las neurociencias, los registros se ‘guardan’ en otras zonas del cerebro).


Estos mecanismos, junto a otros (como la 'proyección') se ponen en marcha para que la persona pueda seguir viviendo sin perder la cabeza, sin enloquecer. Sin embargo, en algún momento, suele haber un retorno de “lo traumático reprimido” (a través de flashbacks: recuerdos e imágenes / sensaciones físicas que se imponen en la consciencia inesperadamente , a partir de un estímulo que las convoca… puede ser visual, olfativo, corporal, etc.).

Otros síntomas habituales del Trastorno por Estrés Post-Traumático, son: depresión, pesadillas, estados de híper-alerta, cambios repentinos de ánimo, etc., lo cual generan un gran sufrimiento, malestar y agotamiento.

He escuchado que, en algunas personas, las vivencias en prostitución la traumatizan a tal punto que les puede desencadenar un brote psicótico (esquizofrenia).



Cuando esas vivencias traumáticas e intrusivas se dan en la niñez, antes de que el psiquismo y el cerebro se hayan desarrollado, el efecto suele ser devastador (sobre todo cuando se expone al niñx a abusos sexuales reiterados y sostenidos en el tiempo), pudiendo incluso generarles un “fraccionamiento” mental (lo que se conoce como Trastorno de Personalidades Múltiples), donde ciertos segmentos de lo vivido quedan totalmente aislados y separados de otros.



Los efectos de la violencia sexual tienen tremendas consecuencias en la autoestima, en la personalidad, en el pensamiento, en las relaciones íntimas, en la vida afectiva/sexual, con serios impedimentos para poder llevar una 'normal' vida social y laboral. No quiero extenderme demasiado en estos temas, al menos no en este escrito.

¿Qué podemos hacer…?



Hay tanto, pero tanto por decir/ conocer/ leer sobre pornografía, Trata y prostitución, que sólo quiero decirles esto: si les interesa saber más del tema, DEBERÍAN leer y escuchar a las sobrevivientes y (posteriormente) combatientes de estos flagelos: Sonia Sánchez, Delia Escudilla, Amelia Tiganus, Florencia Guimaraes, Elena Moncada, Alika Kinan, a las integrantes de AMADH (asociación de mujeres argentinas por los derechos humanos); a las Madres y Familiares contra la Trata (cuyas hijas fueron secuestradas para la trata con fines de explotación sexual, muchas fueron asesinadas, otras rescatadas, y otras siguen desaparecidas); a las eternas Lohana Berkins y Diana Sacayán; a aquellas feministas (como Sheila Jeffreys, Catherine MacKinnon, Gail Dines, Kate Millett, Andrea Dworkin, Rosa Cobo, Silvia Chejter, etc.) y aquellxs profesionales (como Melissa Farley, Ingeborg Kraus, Juan Carlos Volnivich, Enrique Stola, Péter Szil) que pensaron, teorizaron, escribieron, trabajaron con sobrevivientes y/o entrevistando a varones prostituyentes.

Muchas sobrevivientes han escrito y publicado sobre sus experiencias en el escabroso mundo de la prostitución y la Trata, muchas tienen charlas o reportajes en youtube o en sus redes sociales… Escúchenlas, conózcanlas. Compren sus libros.



Es fundamental educar de un modo no-patriarcal a las nuevas generaciones de varones para que no se conviertan en los prostituyentes de mañana, para evitar que crezca la demanda de más mujeres para ser prostituidas.

Más abajo dejo algunas imágenes y palabras de algunas sobrevivientes /feministas, que pensaron, teorizaron, y ayudan a comprender lo terrible de estas instituciones patriarcales.

Cierro con las palabras escritas por una militante feminista, a las que suscribo:


“No sirve que desde los feminismos critiquemos el sexismo en televisión o en la publicidad si no somos capaces de ver la industria multinacional de la pornografía e identificar a qué intereses responden.

No sirve que pidamos educación sexual en las escuelas si nuestra propia sexualidad está pervertida. Hay muchos países con ESI en donde el abuso sexual infantil es más masivo y más cruel. La ESI puede sumar, pero no es la solución.

No sirve que nos manifestemos si educamos a nuestras hijas e hijos en el sexismo.

Debemos descolonizar nuestra propia sexualidad, ese es el primer paso para cambiar las cosas. Abundan las personas que dicen estar contra las violencias, contra el abuso, contra la esclavitud, el racismo, etc., pero consideran absolutamente normal “jugar” con esas cosas en su vida sexual y les parece inocuo. No lo es.

Descolonicemos la sexualidad falocéntrica, heterosexista, violenta, en donde se somete o se es sometida. Cuestionemos las “fantasías” que no son otra cosa que abusos sexuales.

Existe un mundo mejor: fomentarlo, sembrarlo y construirlo depende de nosotras y nosotres.”




(Leer la Parte 1 de este escrito: Acá)


Fuentes citadas:

- Exposición en el Foro por la abolición de la cultura prostituyente: https://www.youtube.com/watch?v=cPL4MFtZ4Ho




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